Viktor Flores: "Es una oportunidad para resetear, valorar lo local, la vuelta al club"
Entrevistamos a una de la figuras clave dentro de la escena gallega, Viktor Flores. Encargado de prensa, DJ y co-programador de emblemáticos club como Vademecwm en Vigo; si de algo puede hablarnos es de la proliferación de la escena en Galicia desde mediados de los 90 hasta la actualidad y su estrecha relación con los vecinos portugueses. Celebrando cuarto de siglo de trayectoria, muchas cosas tiene que contar.
>1. 25 años de carrera, desde aquellos inicios en Vademecwm Club, dan para mucho. ¿En qué momento te encuentras ahora? ¿Qué momentos crees que han marcado más tu camino?
Desde mi vuelta a Galicia, hace un par de años, estaba programando la sala SUB de Mondo Club Vigo, volviendo a establecer colaboraciones con algunos clubes y colectivos de Oporto, organizando algún evento este verano, como el ciclo Sona Gaifar en la localidad donde nací (Nigrán), pinchando, colaborando con otros artistas y con ganas de celebrar de algún modo estos 25 años, pero esto tendrá que esperar. Algunos de estos proyectos están en parada técnica hasta que la situación general mejore y, en otros casos, sí que estoy planeando ideas y acciones ya de cara a 2021.
En cuanto a los momentos destacados en mi trayectoria, además de los años de Vademecwm, destacaría la creación del colectivo Sinsal y la apertura de nuestra tienda de discos en 2002. Fue una etapa corta pero muy enriquecedora. Por supuesto, mi paso por Red Bull Music Academy como participante y mi etapa posterior trabajando en Red Bull. Y algunos de los muchos eventos que organicé en salas de Galicia y Madrid.
Hablas de un nuevo proyecto alejado de lo que vienes haciendo hasta ahora, ¿Puedes contarnos algún detalle sobre tu nueva propuesta? ¿Qué te ha llevado a dar un giro a tu línea musical?
No se trata tanto de un giro en la línea musical, que seguirá estando ahí y que ya venía siendo cada vez más abierta, sino el poder presentar otra propuesta, en el concepto, lo visual, con otros sonidos, sin que el público esté condicionado por el tipo de sesiones que hago bajo mi nombre habitual y lo que se pueden esperar. La idea es que pueda ser un proyecto de corte más experimental, radical, ruidista...
>2. Has sido una pieza fundamental en el desarrollo de la escena gallega. ¿Qué recuerdas de los inicios y qué opinas de la situación actual de la electrónica en Galicia? A pesar de los estragos de la pandemia, ¿cómo ves su futuro?
De mis inicios recuerdo una escena muy vanguardista en ciudades como Vigo cuando era muy joven y estaba teniendo mis primeros contactos con los clubes. También que, como en casi todo el norte, los sonidos más duros eran los que predominaban y costó bastante introducir el House (y más adelante otros estilos), pero se consiguió. Actualmente, incluso antes de la pandemia, el panorama de clubes era bastante desolador, pero en cambio hay un buen grupo de activistas luchando por plantear proyectos atractivos e innovadores (Melona Fest, Flop, Fanzine Fest o WOS Festival, por ejemplo).
El futuro es difícil de prever, en esta situación tan cambiante e incierta, todo esto dejará una factura bastante compleja, pero a la vez espero que sea una oportunidad para resetear, para un nuevo comienzo, valorar lo local, la vuelta al club, una renovación o inclusión de nuevos públicos...
>3. Vuestra relación con Portugal marcó un antes y un después en la programación del club y de la escena en Galicia. ¿Qué significó vuestra alianza con promotoras como Materia Prima de Oporto y Sonic Culture de Lisboa?
Fue clave, incluso antes, con la colaboración con el sello Kaos Records. Pero, sin duda, la alianza con Matéria Prima (primero hermanando nuestras respectivas tiendas de discos y después las promotoras) y con Sonic Culture supuso la posibilidad de un intercambio tremendo: de público, música y discos, pero sobre todo de artistas compartidos entre las tres promotoras. Conseguimos un modelo de colaboración muy fluido y bastante sostenible. Antes de marzo de este año, estaba trabajando para volver a conectar ambas escenas con otros agentes, colectivos, artistas... Sigo creyendo que para Galicia es una conexión fundamental.
Estando tan cerca geográficamente, ¿qué diferencias encuentras entre la escena española y la portuguesa? ¿Crees que hoy en día la escena portuguesa sigue vinculada a nuestras fronteras?
Cuando a mediados de los 90 empezamos a frecuentar los clubes y festivales de Portugal lo que más impresionaba era el detalle y cuidado que tenían por las condiciones técnicas de las cabinas y el sonido los clubes, era algo que se cuidaba muchísimo, nada que ver con lo que veíamos por aquí, por desgracia. Y así sigue siendo ahora mismo.
Por otro lado, hace años la escena electrónica portuguesa era eminentemente House, el Techno más duro no entraba tan bien. Pero eso cambió después, y comenzaron a hacer grandes fiestas y producciones en esa onda. En los últimos años han consolidado una escena muy variada, abierta, que contempla un arco enorme de sonidos, influencias y conexiones. Desde la electrónica de baile al uso (House, Techno, Disco, etc) a propuestas más arriesgadas (Semibreve...) y a hibridaciones que tienen mucha relación con sonidos y artistas de las excolonias portuguesas (Enchufada, Príncipe Discos...). Me gustaría que hubiese más vínculo, estamos mucho más cerca que de otras escenas, al menos en Galicia, y creo que sería muy positivo para ambas partes.
>4. Red Bull es una de las empresas preocupadas por la escena electrónica nacional. Tu paso junto a ellos por RBMA Sudáfrica te abrió las puertas al mundo de la comunicación. ¿Cómo describirías su trabajo dentro de la industria musical y qué tal fue trabajar en ello?
Yo ya hacía cosas de Comunicación en Galicia, en Vademecwm o Sinsal colaboraba con varios medios nacionales... Pero sí es cierto que esas tareas de comunicación me abrieron las puertas de Red Bull en su momento, y después en otros departamentos. Fue una experiencia fantástica poder trabajar en muchos proyectos únicos, colaboraciones con los principales festivales de música, con artistas que admiro... Se hicieron cosas muy interesantes con proyectos de largo recorrido, como la Red Bull Music Academy, que fue un concepto que se proyectaba a largo plazo, duró 20 años. Por desgracia, se terminó, al igual que otros que trabajaban con el apoyo de artistas y músicos.
>5. Traer artistas de renombre, más si hablamos de lives, es una ardua tarea económica para la escena del clubbing. ¿Qué nos puedes contar sobre vuestro lema “Dez Anos Palmando Pasta”? ¿Qué consejo darías a alguien que está empezando a programar eventos?
Lo de los ’10 años palmando pasta’ era una medio broma estampada en las camisetas del décimo aniversario de Vademecwm, aunque era muy cierto. Fue idea de Julio Gómez, uno de los dueños y co-programador. Sin su visión y empeño las cosas hubiesen sido muy diferentes en Vigo y en Galicia.
Programar ahora es otra historia: se cayó en una dependencia excesiva de los artistas internacionales, en valorar menos lo local. El consejo que daría a un programador nuevo en esto sería que buscase una identidad propia, que se plantease qué valor puede aportar, qué sonidos puede descubrir, qué artistas puede invitar, que sean inéditos, novedosos, más allá de repetir las fórmulas tantas veces vistas o imitadas. Buscar personalidad y diferenciación en sus propuestas.
Programaciones atrevidas siempre sumergen a promotores bajo una nube de incertidumbre... ¿Cuál dirías que fue vuestra mayor inversión? ¿Qué artista te dio más placer traer, aunque supieras que sería una ruina?
Uno complicado pero que valió mucho la pena fue Herbert o haber traído a Luciano cuatro veces en su época de Perlon/Mental Groove, antes de convertirse en el Luciano de hoy en día. No hablaría tanto de costes o inversión, sino de la dificultad de convencer a muchos artistas para que viniesen a tocar a esta esquina perdida y mal comunicada del noroeste, ese era el mayor reto.
Me dio mucha satisfacción poder traer a DBX (Daniel Bell), Larry Heard/Mr. Fingers, Diamanda Galás y ya en una escala más grande a Chic (un sueño) o Erykah Badú. Después hubo algunos (pocos) que más que placer dieron ‘sufrimiento’ y dolores de cabeza, ¡pero por suerte esos fueron los menos! :)