Después de 1095 largos días (3 años para los de la LOGSE) desde la última edición de Aquasella, volvíamos al que es sin lugar a dudas uno de los festivales más consolidados de la escena electrónica en España. Y este año estamos de aniversario. Nada más y nada menos que veinticinco años cumple Aquasella, veinticinco años en los que ha visto pasar a lo más granado de la escena: Djs de la talla de Oscar Mulero, Marco Carola, Ben Sims, Dave Clarke, Carl Cox, Charlotte de Witte... y, cómo no, el incombustible Dj Pepo.
Llegamos el viernes más tarde de lo que nos gustaría porque, los veteranos en el festival lo sabrán, conseguir un taxi durante los días del Aquasella es un ejercicio de paciencia. Acceso super ordenado, un par de controles aquí y allá, y todo el tramite muy ágil en general. Chapeau a la organización en este punto. Temperatura asturiana. Una de las cosas que personalmente más disfruto de Aquasella es poder estar en pleno Agosto con sudadera y bailando durante horas sin pasar el calor que se sufre en el resto de festivales más al sur. Pasamos a coger tickets de copas (lo de la pulserita electrónica en un invento de modernos) y al lío.
EL BOSQUE
Sin duda uno de los escenarios que más disfrutamos. El ambiente psicodélico y de cuento de hadas nos recordó a ambientes como el de Mysteryland de Holanda o el Electric Forest de Michigan. Sonido muy potente y bien distribuido, y unos juegos de láseres que contribuían a una atmosfera realmente hipnótica. Un acierto por parte de la organización el concentrar en este escenario a los artistas con una línea más tech house, para concentrar la artillería pesada en el escenario Open Air.
El viernes disfrutamos del live de 999999999 que subía los bpms desde primera hora de la noche. Los italianos, aunque llevan poco en la escena, han sabido hacerse un hueco muy importante en esta nueva ola de techno, especialmente con sus directos que combinan sonidos acid y oscuros.
También nos pasamos el sábado por El Bosque para disfrutar el buen rollo que destila Honey Dijon en todos sus sets. La americana, proveniente del circuito underground (al igual de The Blessed Madonna), lleva unos años subiendo muy fuerte y encabezando carteles por todo el mundo. Gran manera de empezar la noche, una transición perfecta entre sonidos house propios del Chicago de los 80 con sonidos techno más actuales.
Después del set de Honey Dijon nos quedamos a escuchar a Loco Dice. Personalmente, esperaba algo mas de este set, que, si bien estuvo correcto, no supo elevar la temperatura de la carpa y se limito a seguir la línea de su predecesora.
OPEN AIR
El escenario en el que más tiempo pasamos, y en el que más sudamos también. Sonido brutal que hacia temblar cada centímetro de la carpa y unas pantallas gigantes que los equipos de visuales de la mayoría de los artistas supieron aprovechar muy bien.
Estrenamos escenario con Marco Faraone. Una gratísima sorpresa que no estaba en mi radar. Pasamos la hora y media del set sin parar de bailar, tanto que el fresquito Astur ya no se notaba tan fresquito. Sin movernos del sitio, llegaba el turno de Adam Beyer que subió aun mas si cabe la temperatura de la carpa. El sueco nos tiene acostumbrados a una calidad altísima en sus sets, y supo estar a la altura. Mención especial a los visuales de ambos sets.
Y le llegaba el turno a uno de los platos fuertes del viernes. Me estoy refiriendo por supuesto a Amelie Lens. La belga esta decidida a dejar huella en la escena, y es ya una habitual en las cabezas de cartel de los festivales más importantes de techno a nivel mundial, y con razón.
La noche del sábado tampoco nos dejó indiferentes. FJAAK fue el encargado de subir la temperatura, y eso que sólo contaba con unos de los integrantes. Su Dj set fresco y cargado de energía hizo mover a todo el Open Air. Como nos tienen acostumbrados, no pudimos dejar de bailar y, junto a los audiovisuales, daba gusto ver al público disfrutando del espectáculo. Pero nada más lejos, llego el turno SNTS. Aquasella se cayó abajo; el público enloqueció. Pancartas, gente a los hombros y una marea de ravers hicieron que el Open Air se quedase pequeño ante el sonido industrial y oscuro del alemán. Lo esperado sería verle en el escenario BlackWorks pero fue todo un acierto verle en el main stage.
CARPA LA REAL
El nuevo espacio que Aquasella sumaba a su propuesta para dar lugar a dos escenarios: NOX Club en la jornada del viernes, más orientada a Tech-house, y BlackWorks en la jornada del sábado, con un estilo más oscuro y duro.
Aquí pudimos escuchar a Cloonee, con su particular estilo que, aunque no demasiado sofisticado, consigue cautivar al público desde el primer minuto con sus vocales y ritmos que nos recuerdan a la época de Supermartxé.
Al día siguiente, pudimos disfrutar de los sets de Cera Khin y Nico Moreno. Se sabe que al público asturiano le gusta los bpms a altas horas de la madrugada y ambos cumplieron con creces. Cera Khin nos deleitó con su estilo #untagabble y cierto es que cada sesión es única. Nico Moreno se encargó de lanzar sus bombos incombustibles y el público se lo agradeció cantando cumpleaños feliz cuando la organización sacó un pastel al final de su set. Por último Dj Pepo cerró la madrugada del domingo, como no puede ser de otra manera.
Otro año más, Aquasella nos demuestra que no hacen falta escenarios de fantasía, ni zonas VIP con todos los lujos, ni pulseritas contactless, para tener un festival de diez. Tres cosas definen a nuestro querido Valle de la Música: buena música, buen sonido, y un público con ganas de pasarlo muy bien.