Blawan vuelve a Madrid para coronarse
Empezar diciendo que fue una gran noche carece de sentido a estas alturas, en Mondo Disko todas lo son. Y es que lo difícil es que ocurra lo contrario con la apuesta musical que están trayendo a la capital. La flor y nata del mejor sonido underground se dan cita jueves y sábados en el centro de Madrid.
Después de una semana cálida nos encontramos con una noche fría en Madrid. Pero eso sería en la calle… porque dentro del madrileño club un dj británico se encargó de levantar la temperatura como si en el epicentro de las Fallas Valencianas nos encontráramos. Caloret, caloret. Habíamos disfrutado ya de Blawan empezando el año en Madrid Winter Festival y lo cierto es que nos había dejado muy buenas sensaciones. Teníamos ganas de más. Y analizar el cambio de formato festival por club es algo que nos atraía más aún si cabe.
Entramos pronto, con una sala bastante vacía (se notaba mucho que el principal reclamo de la noche empezaba a eso de las 2.30). Gran oportunidad de disfrutar de los residentes Borderline, a quienes casi siempre habíamos visto más de pasada. Una vez más, muy buen warm-up (cosa que no es fácil de encontrar) preparando la pista al protagonista principal. Gran selección musical del dúo animando al respetable poco a poco, y como ‘pero’ diría que, en mi opinión personal, les falta un poco de actitud en cabina.
Llegaba la hora y comenzaba el run run en una sala ya llena. Blawan, conocido por muchos como ‘el príncipe del techno’ volvía a Mondo (la última vez lo había hecho con su proyecto Karenn junto a Pariah) con un objetivo claro: coronarse. Y así lo demostró durante las más de tres horas que duró su sesión. Perfecta simbiosis entre mezcla digital con CDJs y analógica con vinilos. Qué gozada es ver a un dj buscar en su maleta su siguiente disco, sacarlo de su propia funda, prepararlo y colocarlo, poner la aguja… y hacer estallar en júbilo a la gente. Detallitos old school que se agradecen y mucho.
Pronto subió el ritmo heredado de los residentes para la alegría del respetable, que entregó todas sus energías al dj desde el primer al último momento. Techno oscuro y elegante a partes iguales, de ese que te agarra el pecho, te mueve los pies y te evade la cabeza. Contundencia en 4×4 que te sorbe hasta el alma, sonidos rasgados que te despiertan del letargo y esos toques acid tan propios de UK. Rescatamos temas como “Thought Disorder” de Sascha Rydell, y echamos en falta otros como su propio himno “Why They Hide Their Bodies Under My Garage?” al que ni el mismo Skrillex ha podido resistirse. Lo que hubiera sido ese momento…
Nos fuimos bastante contentos a eso de las seis antes de que terminara, cuando la sala seguía registrando una cantidad de público admirable, y es que el cansancio hizo mucha mella en nosotros. El cansancio y algo más… ¿¿qué coño le pasaba a la gente el sábado?? Hacía mucho tiempo que no recibía tanto empujón y pisotón sin razón de ser, y no era por estar apretados, no.
Esta vez os traemos algo más. Una amiga, ex-bloguera de moda, con muy buen gusto para la música pero ‘virgen’ en el verdadero techno, nos acompañó y ofreció su particular visión de la noche: (¿y tú, cómo la viviste?)
Esta no es más que la opinión de alguien que no está acostumbrada a la música techno, pero más allá de solo escuchar un solo tipo de música hay que arriesgarse y probar ¿verdad?. Como así lo creo, ahí va.
Por fin un día en el que sale un plan de esos que no sabes lo que puede pasar. Intrigada, no sé sabe todavía si para bien o para mal, empezamos con buena sensación. Nos encontramos sin colas para dejar el abrigo en el ropero, y gente variada que rondaba nuestra edad. Todo bien. Artista de hoy: BLAWAN [hinge finger]. Según los entendidos en este tipo de música es conocido como “el príncipe del techno”.
En la pista, luces y ese continuo pum pum pum que no hace más que invitarte a mover un poco los pies, al principio como algo automático, pero según van pasando los minutos, empiezas a comprobar cómo más partes de tu cuerpo te piden que las muevas. Sin darte cuenta estás integrado por completo en el ambiente. De repente, rodeados ya por un montón de gente, te das cuenta de que allí se han reunido personas con un estilo de ropa muy diferente. Había quienes llevaban camisas de cuadros, otros camisetas con dibujos típicos de festivales, gente con sudaderas y jerseys (sí sí… ¡con el calor que hace en las discotecas!), chicos con barba, con gorras, con gafas de sol… y con las chicas, la misma variedad, incluso vimos ¡¿una pamela?!.
Realmente sientes que todo el mundo encaja perfectamente, es un mix de estilos, y sin embargos como siempre los une eso, LA MÚSICA. Y es que, no hay nada más que comprobar esto cuando vemos imágenes, o si habéis tenido el placer de haberlo podido experimentar en vuestras propias carnes yendo a los festivales más famosos del planeta, el buen rollo que se respira y la cantidad de religiones y culturas que se unen por un mismo motivo. Eso se nota, y en este caso se notó y mucho.