Boiler Room Madrid, desde el otro lado de la pantalla

El pasado jueves acudimos a uno de los eventos que más revuelo ha causado en la capital: Ray Ban x Boiler Room Madrid #Unplug. La conocida marca de gafas acercaba a nuestro país uno de los formatos más atractivos y demandados del sector electrónico, y no quisimos perder la ocasión de disfrutarlo. Por una vez, lo viviríamos desde el otro lado de la pantalla.

Tras recibir un par de días antes la confirmación de estar apuntados en la lista de invitados (con su consiguiente grito de alegría Oh Yes! Oh Yes! que bien firmaría Carl Cox), nos dirijimos al céntrico Palacio de la Prensa (Callao) con tiempo. El evento comenzaba a los ocho, se abrían las puertas a las siete... y allí estábamos nosotros a las seis. Y no, no éramos los primeros. Había miedo de quedarse fuera por aforo y más de uno lo acabo sufriendo en sus propias carnes. Tras un buen rato de espera en la calle amenizado con una cerveza, descendimos a la Sala Bash. Pero lejos de bajar al infierno, aquello parecía una nevera. ¡Qué frío hacía con el aire acondicionado a tope!


Y hablando de acondicionado, no lo estaba nada mal el recinto. Una cabina en el centro con una imponente pantalla detrás que en ningún momento dejo de marcar RB X BR y un sonido bastante bueno para lo que uno puede llegar a encontrarse en Madrid.

Llegaba la hora y el warm up local dejaba su sitio a la primera invitada internacional. Esperábamos una cuenta atrás al más puro estilo Nochevieja para dar entrada al streaming, pero cuando quisimos contar las uvas ya estaba el resto del planeta pendiente de nuestra Boiler Room. Un evento en el que el House y, sobre todo, el plásticoVynil Only— eran los grandes protagonistas . Lo segundo, algo que ocasionó bastantes problemas técnicos a casi todos los protagonistas de la velada... pero eso son cosas del directo.


Honey Dijon nos sonaba sólo de oídas, seamos sinceros. Pero desde lo de la semana pasada ya no pensamos perderle la pista. Tremendo set se marcó la americana, que durante una hora llena de groove y efectos —aprovechando al máximo la Pioneer Djm 2000 Nexus con la que pinchó— nos hizo dudar si estábamos bajo la castiza Gran Vía o en el mismísimo Chicago (inevitable acordarnos de nuestro compañero Fernando allí afincado). Y no terminó ahí su protagonismo, pues no dudó en bailar al resto de sus compañeros (y rebuscar entre sus vinilos) animando al público a que hiciera lo mismo.


Deetron tomaba el relevo con tres platos y muchas ganas de demostrar —una vez más— su técnica en cabina. Fiel a sus influencias jazz y hip hop, el sonido de Detroit se hizo un hueco en la tarde madrileña con temazos como el mix de Moodymann a "What Do You See?" o perlas propias del suizo como "M1". Aún así, podríamos decir que fue el invitado que menos tilín nos hizo.


Gerd Janson esperaba ya su turno, concentrado tras los vinilos. Si algo podemos destacar del alemán, jefe del label Running Back (podéis descubrir más en nuestro capítulo 6 de Recorriendo Sellos) es su pulcritud y elegancia a la hora de combinar sonidos —no podríamos decir lo mismo de la ropa—, siendo un auténtico 'digger' musical que con una sesión sobria nos mantuvo a todos en volandas. ¡Qué manera de tener todo bajo control sin apenas inmutarse! Quién diría que es teutón viéndole desplegar los mejores sonidos americanos, con joyas como "I'll Do Anything" de Royal House aka Todd Terry o "That's The Way Love Is" de Ten City entre muchas, muchas otras hasta el cierre con "Back Together Again" de Roberta Flack (la misma voz del "Killing Me Softly" original, no el de los aullidos de Pitingo).

- - - **Detroit Swindle** eran la gran atracción de la tarde en Boiler Room Madrid y no defraudaron. La organización les planteó el reto de pinchar sólo lo que encontraran en una mañana en las disntintas tiendas de discos de Madrid —llegando ellos sin maleta— y cumplieron con nota. El dúo de Ámsterdam formado por Lars y Marteens (el primero mucho más activo en cabina) comenzó fuerte con *"I Thought You Wanted To Dance"* y ya no bajó el pie del acelerador en ningún momento. Además, fue la única sesión de la tarde en la que se consiguió el 'auténtico ambiente Boiler Room' al dejar subir al público al estrado —mención especial merece más de un 'bailarín' necesitado de llamar la atención o aquel que retransmitió más a través de la pantalla de su móvil que de lo que vivió realmente—. Llamaba bastante la atención el mixer utilizado por los holandeses, una **Condesa modelo Lucia** de dos canales cuanto menos inusual en cualquier cabina. Ellos también sufrieron los problemas del *live* a la hora de pinchar con vinilo, cambiando las cápsulas repetidas veces e incluso uno de los platos. Sonidos muy frescos y bailables, con un house con tintes funky, tribal (vaya descubrimiento *"Bazouka"* de **Voltage 8**), deep, algo de acid y hasta música disco. Y para cuando quisimos darnos cuenta todo terminaba, y la gente se desconectaba *al otro lado* (nuestras piernas un poco también tras más de seis horas). Eso sí, no se fueron sin antes regalarnos un último vinilo *off the record* a modo de *bis*... pero ese es un secreto que se quedará con los asistentes al evento.

En definitiva, una tarde distinta y muy divertida en Madrid —sólo faltó que el patrocinador Ray Ban nos regalase unas de esas gafitas— que esperemos se vuelva a repetir. Y sino, siempre nos quedará el streaming para vivirlo y revivirlo... que para algo es Boiler Room.