Para perderse el último derbi del Calderón hacía falta una buena excusa, y nosotros la encontramos en la misma orilla del río Manzanares. Fuel Fandango, el dúo fusión mezclado por Nita y Ale Acosta, llegaba a Madrid con su último álbum bajo el brazo ante una Sala La Riviera que había colgado el cartel de 'no hay billetes'. Y no era la primera vez que les veíamos, pues finalizando su gira otoñal antes hicimos lo propio en la la costera y cosmopolita ciudad de Málaga, en una de las salas de conciertos más grandes del país: París 15. Esta es la crónica —por partida doble— de Fuel Fandango presentando 'Aurora'.
La Aurora es la primera luz de la mañana, la que vemos al despertar, la que nos da la vida y la que nos trae a este momento.
Rosas, tablao, tacones, flecos, guitarra, bajo, batería, sintetizadores... Tan solo un nombre podría contener tan original mezcla, y ese nombre es Fuel Fandango. Si no te suenan es que llevas despistado bastante tiempo, ya que nos encontramos ante una de las bandas de mayor auge nacional. Y no es para menos, ya que su fusión de flamenco y electrónica ha hecho que este grupo esté en boca de todos, dentro y fuera de nuestras fronteras. ¡Qué arte, qué energía, qué espectáculo!
En Málaga, llegamos al polígono industrial donde se aloja esta emblemática sala andaluza y una alfombra roja nos recibía dándonos acceso al hall de bienvenida donde pudimos hacernos con merchandising del grupo —vinilos, CDs, camisetas...— y un regalo muy especial para quienes reservasen su entrada: un póster firmado nada más y nada menos que por los cabeza de la banda, Nita y Ale Acosta.
Una vez dentro de la sala donde iba a tener lugar el espectáculo nos hacemos crédulos de la extensión de este mastodonte arquitectónico, con una capacidad de unas 3700 personas y sintiendo la presión de la gente llenando los recovecos sentíamos que nos esperaba un concierto movidito. Una puesta en escena austera pero suficiente, que mejoró notablemente en una Sala La Riviera abarrotada hasta las palmeras. En la capital se quiere mucho al dúo, y por lo visto es un amor correspondido. Hasta en tres ocasiones agradeció Ale al entregado público su presencia y expresó lo especial que era para ellos volver a Madrid. ¡Y que sean muchas más!
Tras los 15 minutos de cortesía, el murmullo empezó a crecer y los monitores de PA empezaron a escupir decibelios creando a su paso una ola de manos levantadas, y cómo no, los tan característicos móviles de nuestra era ansiosos por registrar lo que los ojos no llegan a ver. Primero Ale, después el resto de la banda, y finalmente Nita —con su estética 'a lo Beyoncé' aflamencada— para locura generalizada.
La cordobesa se comió el escenario con su voz, su cuerpo y su alma —como siempre—, y eso a pesar del duro verano de giras que habían tenido, incluyendo la baja por la salud vocal de la artista que les obligó a cancelar ciertos eventos. Qué poderío sobre las tablas.
Su actuación estelar y sentida nos hacía vibrar a todos, y los más cercanos a su tierra nos removíamos como posesos cuando alzaba las notas más agudas de sus temas más emblemáticos. Lo que sin duda nos dejó a muchos boquiabiertos fue un taconeo que improvisó sobre un tablao en varias ocasiones durante el show, creando el silencio a su alrededor mientras soleaba acompañada por los demás instrumentos y culminando con una ovación del público que exclamaba... ¡Ole!
El hombre orquesta del método, Ale Acosta, nos sorprendió con más de un solo de guitarra, arreglos de piano y algún que otro sampleo que nos dejaba bien claro quién es y cómo se las gasta. Y por si podía ir a más, a unos veinte minutos del final del espectáculo, Ale se desmarcó con un solo de pura síntesis electrónica haciéndonos recordar inevitablemente a figuras consagradas del sector con todo ese amasijo de palmas y bombos, con un estilo que derrochaba técnica y creatividad para dejarnos a todos literalmente ojipláticos.
La duración del evento rozó la hora y media y, aunque algunos entre el público se quejaran de demasiado cortos, nosotros salimos con una sonrisa de oreja a oreja tras lo que nuestros sentidos habían disfrutado. No echamos de menos ninguna canción, y aunque la gira tratase sobre su nuevo disco 'Aurora' —mención especial para "Toda La Vida", "La Primavera", "El Viento" o "Medina"—, nos sentimos complacidos al escuchar temazos más clásicos como "Trece Lunas", "Shiny Soul", "Talking", "The Engine" o "New Life". Para su despedida se decantaron por "Salvaje", haciendo volar al trote las ovaciones y manos de todo el público, y poniendo una sonrisa imborrable en más de un rostro. Menudos 'pura sangre' están hechos.
De nuevo en el hall de bienvenida, pero esta vez en sentido contrario, sudados y agotados de tanto saltar y gritar, salimos al exterior apreciando que no éramos los únicos con caras de alucine por lo vivido y aún encajando cómo volver realidad con el frío viento del río golpeándonos el rostro. Llegaba la hora de la vuelta a casa rememorando y comentando qué momento del espectáculo había sido el mejor. Y resultaba difícil decantarse solo por uno.
Sin duda, Fuel Fandango ha sido capaz de ganarse el respeto y admiración imperecederos de sus seguidores con el entrañable calor familiar que desprenden en cada actuación y un estilo y detallismo sobresaliente en cada espectáculo que dan, siendo merecedores de hasta el último elogio que reciben. Si no los has visto nunca en directo, os recomendamos fervientemente que no dejéis pasar la oportunidad y saltéis a las filas del público para entender por qué todo el mundo que asiste a su potente show. En Madrid tenemos suerte, ya que les volvemos a recibir el 20 de enero en el Teatro Circo Price... y no, no pensamos perdérnoslo.
Podéis ver en nuestra página de Facebook el álbum de fotos completo que realizamos en el concierto de La Riviera haciendo clic aquí.
—Santiago Cejas & Álvaro Pardo
