HVOB presenta su último e íntimo 'Rocco' en Madrid
La música electrónica en directo tiene un cariz especial. El pasado sábado volvimos a vivir una clara prueba de ello, con HVOB presentando su último álbum de 'Rocco' en Madrid. Y no, no hablamos del típico live tocabotones, sino de una puesta en escena de auténtico directo con banda, sintetizadores e instrumentos tan pintones como una batería. Y con voz, ¡qué voz tiene Anna Müller! Lo de que HVOB venga de Her Voice Over Boys no es casual ni mucho menos.
Empecemos por el principio. La céntrica Sala Cool era la escogida por los austriacos para presentar su último largo, en la segunda parada de su gira europea que empezaba un día antes en Razzmatazz Barcelona. Expectación había, pues estaba todo vendido (sold out!) y la sala rebosante... incluso bastante agobiante. Sobraba algo de gente, especialmente esa que va a los conciertos a contar a berridos su vida al grupo de amigas (y de paso, al pobre que pille al lado), enseñar unos vídeos al colega, menear el flash arriba y abajo o rebotar como si la pista fuese una especie de pinball. Un concierto —y más uno como HVOB, en el que se abren en canal sobre el escenario— es un espacio donde volar, bailar, soñar, bailar, gozar, cantar y volver a bailar. Todos a una. Menos mal que la mayoría del público así lo entendió, entregado totalmente a la causa.
Algo que la organización de Eclipse Group no supo prever (incomprensible al ser entrada anticipada) es que solo dos camareros por barra serían insuficientes, y pronto las colas de ambos lados se juntaron en el centro de la sala. Puesta en escena sobria y efectiva, jugando bien con contrastes de luces y bastantes sombras, pero quizá también un poco insulsa.
En cuanto al discurso musical, que es lo importante, no hubo pegas. El talento local de Trømmel era el encargado de abrir la velada y servir un exquisito warm up mientras terminaba de llegar todo el mundo. Poco después de las 9pm comenzaba el concierto de HVOB, y como no podía ser de otra forma—al igual que 'Rocco'—, lo hacía con "2nd World". Poco tardó en llegar "Panama", nuestro corte favorito (junto con "A List" que sonaba poco después) de un álbum que ellos mismos han reconocido es su trabajo más personal hasta la fecha, y que bien refleja el espíritu y la esencia de ese 'sonido HVOB': una fusión única entre vocales de pop intimista y ritmos techno de lo más bailable (¡cómo resonaban esos bajos de "Butter" en el último tramo!). Una atmósfera hipnótica que danza entre la claridad y la oscuridad. Fueron desfilando los nuevos tracks, obvio, pero tampoco dejaron atrás masterpieces inolvidables de sus discos anteriores como "The Blame Game", "Window", un celebradísimo —e inevitable— "Azrael" o el evocador "Dogs" en los bises.
Dos horas de auténtico deleite musical, presentando un 'Rocco' que se postula pronto como uno de los álbumes más destacados del año. Su música no sólo se escucha, se siente en la piel. Una sensación de la que no nos cansaremos jamás. ¿Cuándo vuelven estos HVOB?