|La historia de Pro Tools| primera parte
Mantenerse en el trono de lo digital es una tarea ardua y costosa que requiere de una constante actualización según las demandas de la tecnología y usuarios que la empeñan. Por eso mismo hoy os hablamos del Daw por excelencia Pro Tools, el cual a pesar de sus tropiezos ha sido y sigue siendo el software por antonomasia para producción musical y sonora que ha definido a lo largo de todos estos años el standard de producción. Te contamos por qué.
Desde su creación en 1989, cuando su nombre era "Sound tools" para los ordenadores Macintosh, ha llovido bastante. Hablamos de un final de siglo donde cualquier programa que hiciese algo y no se colgase era ya un logro. "Sound tools" llegó como una solución a la demanda de los estudios de producción musical y sonora al querer digitalizar en la medida de lo posible los procesos de secuenciación, grabación, mezcla y mástering que ocupaban habitaciones enteras en hardware, cada uno con su manual de instrucciones. El programa nos permitía grabar 2 pistas en calidad CD y una simple pero efectiva edición posterior, logro que sustituiría al complejo sistema de cintas y mezcladores conectados vía patch-panel que daban más impresión de laboratorio de la NASA que de estudio de producción.
En 1991 dos innovaciones atrajeron la mirada de los productores, el sistema multitrack de 16 y 42 pistas con posibilidad de conectar canales físicos en función de que interfaz, y la palabra "plugin" que nos traía consigo pequeños programas internos como compresores, delays, limitadores, samplers, etc. Estos dos nuevos conceptos destinaron rápidamente a Pro Tools a los estudios de TV, música y cine. El programita necesitaba de una ranura llamada "NuBus" que fue evolucionando hasta convertirse en el USB y Firewire de nuestra época. El sistema requería de una Disk I/O la cual era insertada en el computador y a su vez a la interfaz de audio, que era la que permitía conectar las entradas y salidas de audio para poder grabar y monitorizar.
Es con su versión Pro Tools III con la que consigue nombrarse como el software "secuenciador" por excelencia para cine, música y derivados audiovisuales. Pero, ¿por qué mac?. Llegados a este punto, cabe aclarar que el programa solo se desarrolló para los ordenadores Apple de la época debido a que estos eran fabricados como un "todo en uno", tarjeta de sonido, procesador, memoria RAM eran desarrollados por la empresa para sus propios ordenadores sumado a su alta estabilidad de sistema operativo con interfaz gráfica y sin problemas futuros de compatibilidad entre todos sus componentes.
Esta fue la razón, y no es poca, por la que nuestro querido software se convirtió en prácticamente la única solución para toda post-producción relacionada con el sonido y durante muchos años en el principal protagonista de la digitalización de procesos en los estudios hasta nuestros días. No obstante, la empresa ha tenido altibajos, pasando por la separación de divisiones internas, problemas "titánicos" de compatibilidad, desastrosas versiones del software, rechazo por los "New Consumers" debido a su exclusividad y alto coste, incluso críticas de una interfaz anticuada.
La crisis del sector musical a principios del nuevo siglo vino dada por el abaratamiento de los hardware de grabación y producción permitiendo que cada hijo de vecino con un ordenador tuviese acceso a producir su propia música fuera de los estudios de grabación. Por supuesto, estamos hablando de los home-studios, ya que en la liga profesional se seguía usando Pro Tools en su evolucionado sistema Apple "Mac Pro". Como respuesta al cambio, Digidesign decide sacar al mercado sus interfaces de uso doméstico MBOX, las cuales poseían conversores A/D y previos bastante decentes sumado a una versión 7 y posteriormente 8 LE y HD para el sistema operativo Windows, para satisfacer a los nuevos usuarios. Pero el resultado fue una repulsa frustrante por parte de los productores nobeles al verse obligados a usar las interfaces desarrolladas por la compañía exclusivamente para que el programa funcionase, debido a la necesidad del DAE (sistema operativo interno de Pro Tools del que se nutre para optimizar los recursos).
La piratería tampoco sentó nada bien, ya que en un tiempo donde cualquier programa era descargado gratuitamente gracias a los "cracks" y "parches", la idea de tener que usar un software de pago a la fuerza y unos plugins RTAS exclusivos y difícilmente hackeables hizo que el público buscase otras soluciones. Pero el principal descontento de los usuarios de Windows era la poca fluidez con la que funcionaba el programa en sus equipos, así como todo un elenco de errores y colapsos que pusieron en tela de juicio la indiscutible fidelidad del titan. Sin embargo, sus versiones de Mac no contaban con este tipo de fallos, o por lo menos con no tantos.
A raíz de esto, el público comenzó a usar otro tipo de Daws que habían empezado a ganar terreno en el liderazgo de la producción musical, Reason, Flstudio, Cubase, Logic o Ableton Live fueron algunos de los programas que suplantaron durante esta difícil época a Pro Tools como secuenciador en los home-studios ya que en el terreno profesional su estatus era incuestionable de la mano de Mac.
Ante unos usuarios muy críticos e inexpertos que sacrificaban la calidad ante la posibilidad, la estandarizada piratería, un fracaso a la hora de adaptarse al sistema operativo más popularizado del planeta y una cada vez más variada y competente competencia, el software líder durante toda una década en el cine y la música se veía ahora destinado a desaparecer. Solo un drástico cambio lo volvería a ocupar en el lugar que le corresponde.
En el próximo artículo hablaremos de que cambios experimentó la empresa y el Daw para sobrevivir ante tan difícil época y volver a su merecido trono.