El mes pasado os iniciábamos en la historia de uno de los DAW más universales y mejor considerados de la producción musical. Pro Tools arrancó como una roca inamovible en cuanto a calidad y tecnología, pero con el paso de los años, una creciente y dura competencia sumado a todo un elenco de situaciones comprometidas, provocaron que el software secuenciador por excelencia perdiese puestos muy rápidamente entre el público general.
Nos quedamos más o menos a las puertas de una versión 8 del secuenciador, en una época donde toda una serie de marcas habían comenzado a desarrollar programas similares para satisfacer a un público que usaba el sistema operativo Windows. Como bárbaros a las puertas de roma, estas empresas pretendían hacerse con un trozo del pastel y algunas terminaron formando parte del mundo de la producción musical con increíbles resultados.
La empresa (Digidesign), intensifica su estrategia de mercado intentando globalizar su sistema para todos los nuevos usuarios y consumidores con interfaces de bajo coste como las MBOX y posteriores MBOX 2, versiones limitadas (LE) del software v.7 y 8. y M-Powered para su uso en computadores de menores características y una versión HD para equipos profesionales. La versión M-powered que ya se venía arrastrando desde 2004 fue diseñada como una limitación de la versión (LE) para funcionar en interfaces M-Audio y otros fabricantes más económicos y asequibles por el público (Este dato tendrá una repercusión enorme más adelante). Por desgracia los cambios no dieron los resultados esperados y aunque Pro Tools seguía en los estudios profesionales, iba despidiéndose lentamente de los ordenadores personales y home studios cada vez más frecuentes, debido a problemas de rendimiento y necesidad de ordenadores muy potentes para dar una continuidad de trabajo ofertada por el marketing.
En 2009 se plantean discusiones en la compañía debido a las estadísticas de mercado que concluyen con la disolución de Digidesign y quedando la empresa original que dará nombre de aquí en adelante a la multinacional, AVID. El objetivo de la nueva directiva era realizar toda una serie de cambios para adaptar el producto a las nuevas necesidades de los nu-consumers y sacar provecho de la ingente proliferación del S.O. Windows.
Y es en 2010 cuando se lanza Pro Tools 9, un renovado DAW que rompía con la restricción de un hardware específico y con una compatibilidad total tanto en sistemas operativos Apple como Microsoft. Las versiones LE y HD desaparecieron, dejando al propio programa decidir qué sistema instalar en función del rendimiento del ordenador. Únicamente precisaba de una rediseñada llave Ilok II para funcionar. Aunque la guinda del pastel era para un fresquísimo y rediseñado logotipo negro y violeta que daría un necesario lavado de cara para atraer al público más joven. Pero desgraciadamente, los resultados no fueron los esperados. Los consumidores ya se habían adaptado a otros DAWs y los atrevidos que decidieron darle una oportunidad, experimentaron una inmensa cantidad de errores relacionados con el DAE** tanto en sistemas Mac como Windows, unas imperfecciones de rendimiento desastrosas, colapsos inminentes y problemas de compatibilidad con la mayoría de interfaces del mercado.
Todas estas marañas de catástrofes dieron lugar a la versión menos longeva de la historia de la compañía norteamericana. Pues en cuestión de un año, se vieron obligados a sacar la sucesora que volvería a reconquistar el panorama digital de la producción.
La versión 10 del software aterrizó en 2011 para solventar la humillación de su predecesor. Aunque en un principio siguiese mostrando ciertos fallos, lo cierto es que disfrutaba de mayor estabilidad en la mayoría de sistemas que en versiones anteriores. Sumado a ello, el software incorporaba toda una serie de cambios "revolucionarios" para los afiliados más veteranos. Implementaba una función de exportación "offline" que daba la alternativa de tener que escuchar la mezcla entera cada vez que se exportaba un audio. Subdividió el software en 64 bits y 32 bits para adaptarse mejor a los sistemas de diferente arquitecturas que habían en los PC y Mac. Aumentó considerablemente el número de interfaces de otros fabricantes que podía soportar establemente gracias a la implementación de protocolos HUI y Mackie.
La respuesta del público fue muy positiva, los usuarios de PC se atrevían cada vez más a probar el software que llevaba años en los estudios profesionales. El entusiasmo se palpaba en el aire al contemplar como AVID iba ganando terreno en los crecientes home studios y se mantenía en los profesionales, permitiendo a estos configurar set-up de hardware muy variado en las mesas de postproducción con un nivel de estabilidad a alto rendimiento asombroso.
Pero AVID es de esas compañías que no permiten la obsolescencia, trabajan y trabajan por conseguir que sus productos estén a la orden del día y con ello se ganen el respeto de sus usuarios. Es por esto, por lo que tres años después, la evolucionada versión 11 sale al mercado, corrigiendo todos los fallos de su predecesor y aportando al mundo uno de los DAW más estables para grandes producciones visto hasta la fecha.
Incluía varias modificaciones como la ampliación del recorrido de los faders digitales para facilitar la edición. Toda una completa compatibilidad con controllers de otras marcas que permitían a los usuarios manipular el programa desde una estación de trabajo física que no fuese obligatoriamente de AVID. Una serie "artist" de controladores de la adquirida Euphonix en 2010 daban el toque perfecto para un set-up listo para cualquier producción. Una incrementación del DAE que proporcionaba más estabilidad, mayor fluidez y mejor calidad de audio procesado. La eliminación de los anticuados plugin RTAS por unos novedosos AAX que mejoraban exponencialmente la productividad y calidad del procesado. Pero la novedad más espectacular, venía del concepto "online", un concepto que hacía tiempo Pro Tools integraba en su sistema permitiendo compartir sesiones con otros profesionales, pero esta vez, mucho más depurado y con toda una serie de opciones que te permitían literalmente trabajar online con otros productores de cualquier parte del planeta.
Desde 2015 hasta la fecha, AVID ha seguido mejorando su DAW, llegando ya a su versión 12.7 y siendo imperecedero en cuanto a fluidez, rendimiento y calidad. Pero ha ido ampliando y trabajando en el concepto online, satisfaciendo la necesidad de conectividad directa entre productores desde cualquier parte del mundo gracias a su plataforma "Avid Cloud Collaboration". En ella no solo podemos conocer a otros artistas, sino compartir directamente nuestras sesiones de trabajo o trabajar a tiempo real con un productor, músico o vocalista de otro continente. Aunque el cambio más sorprendente que nadie esperaba, fue una versión gratuita, llamada Pro Tools First del software con una limitación de canales, envíos y retornos, pero con la misma calidad que el software de pago. Toda una revolución a los tiempos modernos sabiendo de dónde venimos.
En definitiva, Pro Tools es hoy día el DAW por excelencia en el mundo profesional, porque se lo ha ganado. Ha sido de esas empresas empeñadas en solucionar sus problemas para adaptarse a los nuevos tiempos, llegando a levantarse de una crisis que pocos lograron. Hoy día cuenta con millones de usuarios de pago, así como el aval del público profesional, la industria del cine y la música y un nuevo tipo de artista más doméstico e individualista que consigue explotar su creatividad gracias a las soluciones que AVID ofrece.
Sabed que podéis haceros con Pro Tools First de forma gratuita o con el software completo por 27,67 € al mes, en su página oficial.