La noche que Joris Voorn y Andrea Oliva aterrizaron en Madrid

La noche que Joris Voorn y Andrea Oliva aterrizaron en Madrid. Y digo aterrizaron, porque ese sonido no es de este planeta. Y quedan varias noches de estas, porque como ya comentamos, la primavera viene calentita en Reverse.
 
Un par de copas de JaggerVoorn y para dentro, que iba a ser una noche intensamente épica. Calentamos al ritmo de Karretero, un residente de excepción. Y cuando apareció esa cabeza rubia de Joris Voorn a colocar sus instrumentos ya comenzó el murmullo y la inquietud… había muchas ganas de pillar sitio delante. La ocasión bien lo merecía.

 
Como ya he comentado alguna vez, Joris Voorn es de mis djs favoritos. En parte por su excepcional calidad a los platos, en parte por sus estudios de arquitectura (os recordamos el post Joris Voorn, arquitechno). Pero no son cosas independientes una de otra, ya que bien claro tengo que su formación condiciona mucho su sonido. Y el viernes me lo demostró con creces: sonido tech-house cimentado con unos graves contundentes, perfectamente edificado durante todo su recorrido con un groove y un acabado tan técnico como delicado que bien puede recordar a las grandes construcciones de arquitectura hi-tech.
 
Tan pronto nos hacía vibrar en conjunto como evadirnos a nuestro mundo interior, nos tenía completamente abducidos. Maravilloso cierre encadenando su último rework para “Reaching” de Steve Mac seguido de un auténtico himno (y lo será por muchos, muchos años) como es “Ringo”. Una obra de arte. Chapó, Joris.

 
Llegó el turno de Andrea Oliva, que no se amedrentó y demostró que tambien es un namber güan. Ya desde su remix de “Rise Of Angel” de Luciano tuvo al público a sus pies. Un público que por momentos creía estar en la Isla Blanca y no junto al Manzanares. Y qué decir del perfecto momento “The Bells”, una joya atemporal del mago Jeff Mills. Pues oye, chapó también para ti Andrea.

 
En resumen, una noche de esas que se cuentan y recuerdan una y otra vez. Mis nietos oirán hablar de ella, lo juro. Y no será la única… que vienen muchas más. Y la primera es el gran Paquito Osuna (mejor incluso que el chocolatero) este mismo viernes. Un festival tras otro. Preparaos, terrícolas.

 
 
Nota: siempre usamos nuestras propias fotografías (preciosas todas), y tenemos del evento. Pero las que han subido en B/N desde Reverse me han encantado, y me he visto obligado a usarlas sólo por esta vez.