Lucha por la igualdad de género en las cabinas
Amelie Lens. Charlotte de Witte. Helena Hauff. Cora Novoa. Nina Kraviz. The Black Madonna. Nastia. Avalon Emerson. Rezz. Nicole Moudaber. Fatima Hajji. ANNA. Maya Jane Coles. Laurel Halo. Mija. Ellen Alien. Giorgia Angiuli. Nora en Pure. Cassy. Heidi. Annie Mac. Honey Dijon. Anna Tur. Monika Kruse. Nervo. B Jones. Krewella. Anja Schneider. B Traits. Juicy M. Indira Paganotto. Miss Kittin. Lena Willikens. Ida Engberg. Nølah. Alison Wonderland. Eme Dj. Magda. Yaeji. Inga Mauer. Y muchas, muchas más. Incluso pioneras del sector como Daphne Oram (en la foto de portada). ¿Alguien dijo que eran pocas? ¡Pues toma!
Ellas. Algunas de las muchas representantes femeninas —cada día más— de la actual escena electrónica, que luchan por hacerse un hueco mayor —y merecido— en un sector tachado de machista, viéndose obligadas muchas veces a demostrar más que sus compañeros masculinos o a ajustarse a unos estándares estéticos predefinidos. Y no encontramos mejor día que hoy, 8 de marzo Día de la Mujer, para visibilizar varias iniciativas loables en torno a su figura.
La primera que queremos destacar ya se ha fijado una fecha límite: año 2022. Y es que un total de 45 festivales de música y conferencias internacionales se comprometen a combatir la desigualdad de género alcanzando una paridad 50-50 en sus carteles.
Vanessa Reed, CEO de PRS Foundation’s responsable del proyecto Keychange apunta: "Nuestro enfoque en la igualdad de género en 2018 se alinea con el centenario de que algunas mujeres reciban el voto en el Reino Unido. Cien años después, la presión por la paridad de género en la sociedad continúa y, con una mayor conciencia pública sobre las desigualdades en las industrias creativas, tenemos la oportunidad de responder y comprometernos con un cambio tangible en la música. La red Keychange de artistas femeninas y profesionales de la industria y la idea de festivales socios de establecer una promesa colectiva acelerarán significativamente el cambio. Espero que este sea el comienzo de una industria más equilibrada, que resultará beneficiosa para todos".
Entre estos festivales se encuentran el MUTEK (Canadá), The Great Scape (Reino Unido), Iceland Airwaves (Islandia), Gilles Peterson’s Worldwide Festival (Francia), Pop-Kultur (Alemania) o los españoles BIME y Granada Experience.
Por suerte, no es una iniciativa aislada, pues existen otras tan destacadas como Disc Woman o Female Pressure. En nuestro país nos encontramos —como ya hemos comentado en alguna ocasión— con algunas como She Makes Noise o Her Beats que promueve la integración de la mujer en el mundo de la música electrónica, generando un debate positivo que permita cambiar las cosas. Visibilización, reflexión, formación. Una labor que hemos podido conocer de cerca, y que admiramos. De hecho, no dejes de rellenar este cuestionario que hace días lanzaron en sus redes sociales para seguir avanzando.
¿Cuántas mujeres encontramos entre los cabezas de cartel de los grandes festivales? ¿O, simplemente, en el grueso del cartel? Pocas, demasiado pocas. Según cifras ofrecidas por El País, en 2017 solo un 15 % de los artistas que actuaron en los principales festivales de música españoles eran o incluyeron mujeres. De hecho, la cifra no se aleja del último estudio publicado por Female Pressure: la presencia de las mujeres —aunque en crecimiento— en los festivales hasta mediados de 2017 no alcanza siquiera el 20% (18,9%). Incluso el reino de los sueños oculta pesadillas, pues en Tomorrowland 2017 solo actuaron dos djs femeninas (por cada fin de semana del festival) en su Mainstage, ¡dos! Algo chocante e inconcebible.
Pero no sólo podemos echar la culpa a los promotores, ya que todo responde a un negocio de oferta y demanda. Ofertan lo que el público reclama. ¿Cuántas artistas femeninas escuchamos y apoyamos cada uno? Para ayudar a comprobarlo, Smirnoff & Spotify —cuyo top ten 2017 estaba compuesto únicamente por hombres— han desarrollado un algoritmo que nos permite averiguarlo. Si quieres probarlo, simplemente accede a esta web.
Que el día de hoy sirva para reflexionar, para reivindicar el talento más allá del género. La solución no pasa por revertir los privilegios, sino por eliminarlos. Con todos y todas partiendo desde el mismo punto. Más aún en una escena con un carácter tan rebelde y luchador como es la electrónica.
"El valor reside en lo artístico, no en el sexo de la persona que está detrás del proyecto", defendía Enric Palau —director de programación del Sónar— en un artículo de eldiario.es. Dejemos entonces que hable la música, desde ahora y para siempre, pero sin callar sus voces. Por ellas. Por todos.