Llegaba una jornada marcada en rojo por muchos en su particular calendario de fiestas y eventos programados para este verano que está a punto de comenzar, y es que la visita de dos pesos pesados como lo son Luciano y Jamie Jones no se ve todos los días. Cierto es que gracias al trabajo de las diversas promotoras malagueñas como Local29 y Kokun, entre otras muchas, cada vez estamos más habituados a ver grandes caras del panorama electrónico internacional por estas tierras.
Centrándonos en nuestra jornada, la podríamos resumir como un cúmulo de sensaciones vividas, algunas buenas y otras no tantas. Ya desde nuestra llegada al recinto fuimos testigos del buen ambiente que reinaba, no nos encontramos muchas aglomeraciones de público ya que Luciano llevaba ya una hora de su set y es por ello que la avalancha de gente la habíamos conseguido evitar. Sin embargo, nos costó más de la cuenta acceder al recinto debido a que la entrada para los acreditados de prensa parecía no existir, por lo que conseguimos introducirnos pero sin ningún tipo de acreditación o pulsera que indicara que pertenecíamos a un medio de comunicación.
Una vez en el interior, buscamos una de las dos barras habilitadas para la venta de bebidas para tomar un refrigerio y meternos en faena. El reloj marcaba las diez y cuarto de la noche y tras llegar ligeramente sofocados después de tener que subir una larga cuesta que nos conducía al recinto, decidímos ubicarnos en un espacio en la pista donde movernos a nuestro antojo y por el cual corría una refrescante brisa. Suerte que el festival se celebraba al aire libre en uno de los parkings del Palacio de Congresos de Torremolinos.
En aquel momento se encontraba a los mandos el chileno Luciano, al que apenas le faltaban tres cuartos de hora para finalizar su set. A pesar de lo temprano que era, el público llenaba las instalaciones, se divertía y el ambiente era inmejorable. El MainStage, bastante elaborado visualmente destacaba por la multitud de focos, pantallas led y lasers, todo ambientado por los perfomances de Umamii.
El set de Luciano destacó por ser excesivamente house, algo pachanguero y bastante tranquilo para lo que suele ofrecer. No obstante era algo lógico por lo temprano del set, comenzaba a las nueve de la noche y concluía dos horas después.
Acto seguido fue el turno para Gonçalo, un conocido en tierras del sur de Andalucía por las numerosas veces en las que ha actuado por Málaga. En cuanto a lo musical, poco que destacar salvo un par de temas a lo largo de la hora de su set y un inicio de sesión bastante acertado con un remix del mítico tema “Relax your body”.
Tras algún que otro resoplido y unas cuantas miradas perdidas al cielo, ya que lo musical nos estaba pareciendo bastante flojito, decidimos acercarnos un poco más al escenario para tratar de sentir la música con más fuerza, y es que en la parte de trasera de la pista, se echaba en falta algún que otro refuerzo sonoro. Ya era media noche y era el turno de Ignacio Morales, uno de los residentes de la promotora Local29 y un ídolo local para muchos de los asistentes que allí se encontraban. Su efecto fue parecido al de Gonçalo, un inicio de sesión arrollador, con el que incluso se nos llegó a escapar alguna sonrisilla emulando un “¡por fin!”.
Nos vimos muy felices durante un periodo de tiempo, aunque nuestro gozo se quedó en un pozo ya que el set de Ignacio tomó un camino bastante aburrido y monótono y la selección musical no fue la más propicia, pocos brazos en lo alto por parte del público y los tracks poco percutivos, muy monótonos y con poco ritmo.
Como anécdota, mencionar que junto al escenario se encontraban unos puestos de comidas variadas y la verdad que poco transitados por el público que prefería la música a la comida. Junto a esta zona se encontraba Karretero, el siguiente artista en actuar, pasando completamente inadvertido por parte de los que se encontraban de fiesta y que pasaban a su lado como si fuera uno más. Pasamos a saludarle y a charlar amistosamente un rato con el hasta que tuvo que marcharse a terminar de preparar su set up.
El propio Karretero cogió el testigo de Ignacio Morales y fue el artista de la noche que más nos gustó. Su música se abría paso a través de un techno house muy acertado y que arrancó varios momentos en una pista de baile que cada vez se iba llenando más y más. Al contrario que sus predecesores, su selección musical si fue la adecuada bajo nuestro punto de vista: bailonga, dinámica y sobre todo muy groovera. Es lo que el cuerpo pedía, lo que la gente ansiaba y lo que Karretero nos ofrecía. Bastante bien en líneas generales el madrileño, su set de hora y diez minutos se nos pasó literalmente “volando” hasta que llegó el turno del otro cabeza de cartel Jamie Jones.
Con el listón bien alto se dispuso a comenzar su sesión pero, pasados unos minutos de su sesión pudimos comprobar que el artista británico poco nos aportaba. Es por ello que ante la falta de acción y de estímulos que llamasen nuestra atención, decidimos tratar de a acceder al escenario para poder grabar algún vídeo para vosotros y tomar alguna que otra foto. Sin embargo, incomprensiblemente no teníamos permiso y la empresa se intuía complicada, pero tras amistarnos de buenas maneras con los guardias de seguridad y ver que íbamos en calidad de reporteros y con buenas formas decidieron dejarnos pasar. Por aquel momento Jamie Jones se encontraba finalizando su set y Uner y Francisco Allendes preparando el suyo.
Jamie Jones se despidió del público sin pena ni gloria y la gente acabó aplaudiendo más a su figura que a la música que había ofrecido. Sin más dilación, Uner y Allendes ya se encontraban en lo más alto para dar la despedida al festival. Eran las cuatro y media y apenas nos quedaban ya hora y media para terminar. El set de ambos fue un deja-vù de lo que había venido aconteciendo durante toda la jornada. Algún track que levantaba las pasiones de los asistentes y tramos en los que parecía que la música no iba por ningún lado, faltó carácter y más compenetración por parte de los dos artistas. La última hora se nos hizo exageradamente larga pero decidimos quedarnos y aguantar hasta el final. Los asistentes bailaban fruto más del lugar y de la atmósfera que por lo que artísticamente se le ofrecía. El reloj marcó por fin las seis de la mañana y dimos por concluida nuestra noche en Torremolinos.
A pesar de todo lo que se refiere a lo musical, que puede encajar más o menos, queremos destacar el buen ambiente entre el público que supo estar a la altura.
AGRADECIMIENTOS: Queremos agradecer a Manuel Rodriguez Sánchez del Pozo la gran cobertura y el gran trabajo desplegado para desarrollar este artículo.