Pulse of Gaia se estrena con un cartel y una producción a la altura
El pasado sábado, la Universidad Autónoma de Madrid se convirtió en un hervidero cultural con la llegada de Pulse of Gaia, el nuevo festival ideado por Zamna, el colectivo nacido en Tulum que ha exportado su concepto inmersivo y electrónico por todo el mundo. En su estreno madrileño, el campus de Cantoblanco acogió a más de 15.000 asistentes en una jornada que unió funk, techno, progressive y soul en una mezcla ecléctica pero sorprendentemente efectiva.
El recinto, que una semana antes había sido escenario del desembarco de Solid Grooves (aquí te lo contamos) y que en unos días recibirá al sudafricano Black Coffee, se consolidó así como un nuevo polo cultural de referencia en la capital.
Thundercat
El inicio de la noche estuvo a cargo de Thundercat, que se presentó en formato trío para desplegar su bajo entre bromas y falsetes imposibles. Su concierto mezcló jazz y funk con temas como Dragonball Durag o Them Changes, interpretados con energía y virtuosismo. Entre humor y destreza musical, dejó el ambiente listo para que la velada tomara fuerza.
Erez: la sorpresa de la noche
El relevo hacia la electrónica lo tomó la gran promesa Erez, con un set de techno melódico y toques progressive. Fue construyendo poco a poco, subiendo la tensión sin prisa pero sin pausa, hasta tener al público metido de lleno en su juego. En un festival tan abierto y multitudinario, logró crear un clima cercano y envolvente, convirtiéndose en una de las sorpresas más aplaudidas de la tarde.
Gorillaz: único show fuera del Reino Unido, 25 años de historia sin filtros
Gorillaz fue, sin duda, el gran acontecimiento. Madrid acogía su único concierto fuera del Reino Unido este año, y la expectación se palpaba: camisetas de la banda, caras nostálgicas de fans de Blur, veinteañeros y familias enteras esperando a que Damon Albarn levantase la fiesta.
El directo arrancó con M1 A1, Albarn gritando ¨hello, is anyone there?¨ entre pantallas animadas, y a partir de ahí todo fue un subidón constante. El setlist fue un repaso a su trayectoria: Last Living Souls, Tomorrow Comes Today, 19-2000, Rhinestone Eyes, On Melancholy Hill, Dirty Harry… entre dub, punk, soul y electrónica. Cuando sonó Stylo, con Bootie Brown, la explanada entera saltaba al grito de JUMP, JUMP!
El momento más especial fue el estreno de The Happy Dictator, adelanto del próximo disco The Mountain. Crítica irónica, visuales chispeantes y Albarn entregado. El show no solo fue musical: cada canción tuvo un envoltorio audiovisual propio, con avatares hiperrealistas y animaciones que ampliaban la narrativa de la banda.
Hubo invitados de lujo: Pos (De La Soul) puso patas arriba Feel Good Inc., con un público coreando como si se jugara la vida; Trueno dio un aire urbano y global a The Manifesto, su tema inedito con la banda; y el cierre con Clint Eastwood se multiplicó en dos versiones, la clásica y una reinterpretación dancehall junto a Sweet Irie.
Durante noventa minutos, Albarn y los suyos demostraron que Gorillaz es mucho más que una banda animada: es un universo sonoro y visual que sigue vivo, fresco y necesario.
Maceo Plex: techno y progressive marca de la casa
Después del desparrame pop de Gorillaz, tocaba cambiar el chip: Maceo Plex entró a lo grande con un techno oscuro y potente, de bajos y groove marca Ibiza. Su sesión fue directa al grano, convirtiendo la explanada en un club al aire libre donde miles de personas se movían al mismo ritmo.
Âme B2B Echonomist
Mientras tanto, el segundo escenario, más pequeño y abarrotado fue testigo de otra narrativa: la dupla formada por Âme y Echonomist, que marcaron un b2b mucho más íntimo, tirando de deep house, melodic techno y crescendos emocionales que mantuvieron un lleno absoluto durante las dos horas del live.
Reinier Zonneveld cerrando una noche muy completa
Reinier Zonneveld fue el encargado de bajar la persiana en Pulse of Gaia, y lo hizo con un live marca de la casa: intenso, sin concesiones y con ese punto salvaje que le caracteriza. Un cierre a lo grande, con el techno en primera línea y la explanada convertida en la última rave de la noche.
Madrid, nuevo epicentro cultural
Con este estreno, Pulse of Gaia confirmó que Zamna ha sabido trasladar a Madrid su concepto inmersivo, sostenible y ecléctico. Un festival que apuesta tanto por los grandes nombres internacionales como por la electrónica más avanzada, y que convierte un campus universitario en un espacio de celebración colectiva.
En apenas tres semanas, la UAM ha pasado de acoger a Solid Grooves a recibir a Gorillaz y, en breve, a Black Coffee. Un recorrido que sitúa a Cantoblanco en el mapa cultural europeo y que marca el inicio de una nueva etapa para Madrid como capital festivalera, que parece que ha encontrado un lugar donde poder subir decibelios sin molestar a (demasiados) vecinos.