¿Sabías qué... el número de raves en Londres se ha duplicado en el último año?
Parece que la autopista de circunvalación M25 —o London Orbital— no tenía tanto tráfico desde finales de los 80. Y es que, tal y como recoge The Guardian, el número de raves ilegales en Londres se ha duplicado en el último año según cifras oficiales de la policía. ¿Estamos a las puertas del Tercer Verano del Amor?
Los planes para llevar a cabo 133 raves sin licencia fueron identificados por la policía metropolitana en 2017, frente a los 70 del año anterior, de acuerdo con las cifras obtenidas por una solicitud de libertad de información llevada a cabo por Sunday Telegraph.
La principal causa apunta al cierre de muchos de los clubes nocturnos de la capital británica —más de la mitad desde 2005—, entre los que se encuentran Plastic People, Cable, Dance Tunnel —poco le faltó a Fabric para correr la misma suerte— además de The Arches en Glasgow y el mítico Sankeys en Manchester. Desde 2015, el número de locales con licencia ha disminuido en un 3% en todo el Reino Unido.
Por otro lado, el alto coste de las entradas y bebidas en el interior de los clubs está haciendo que en muchas ocasiones salir de fiesta se convierta en un lujo no apto para todos los bolsillos. La gentrificación de los barrios donde se encuentran los clubs y la lucha contra las restricciones horarias y sonoras hace que los locales suban los precios. Por ello, cada vez más personas buscan la alternativa en las raves ilegales en campos y almacenes u otros modos de fiesta.
A Bill Brewster, escritor y dj —de hecho, uno de los primeros residentes de Fabric— no le sorprende la noticia: "Muchos jóvenes buscan algo un poco transgresor. Creo que es innato que los adolescentes y las personas de veintipocos deseen hacer cosas que se supone que no deben hacer. Y a pesar de que las raves son ilegales, la mayoría de ellas no hacen mucho daño, aparte de darles a unas pocas personas una mala noche de sueño".
El juego del ratón y el gato entre ravers y autoridades parece revivir con fuerza treinta años después. En los últimos tres, la policía ha introducido nuevos procesos para abordar los eventos musicales sin licencia, comenzando a usar tácticas encubiertas para tratar de mantenerse un paso por delante de los organizadores y localizarles antes de su celebración.
"En un mundo ideal, habría muchos lugares para abrir clubes nocturnos que no molesten a los vecinos, pero vivimos en un mundo imperfecto y cada vez es más difícil organizar fiestas en los centros de las ciudades", añade Brewster. Amén a eso.