ULTRA Europe (I)
El segundo fin de semana de Julio se celebraba en Croacia la primera edición de ULTRA Europe, tras el intento fallido de Polonia del año pasado. Y nosotros, como muchos otros, allí acabamos como alternativa al masificado Tomorrowland (ay como nos habría gustado repetir…) y tras varios días dudando en que festival acabar. Y finalmente, en nombre del #equipopedazotemazo podemos confirmar que tomamos una gran decisión.
El festival se celebraba en dos enclaves distintos: el gran Estadio Poljud de Split y la paradisíaca isla de Hvar, aunque nosotros sólo pudimos acudir a la primera parte. El horario era sólo apto para los más valientes: 13 horas al día sin nada de relleno, todos artistas de gran nivel. En Split, un gran escenario principal dentro del estadio, una carpa para Carl Cox & friends (sinceramente, esperábamos mucho más… ¿qué fue de la MegaStructure?) y el pequeño escenario UMF Radio.
Al lío. El primer día a las 16 arrancaba Hard Rock Sofa, seguidos de Adventure Club y Cazzette. Nuestra idea inicial era entrar a ver a los suecos, pero como pasa siempre los planes son difíciles de seguir y acabamos entrando a eso de las 19 cuando, mientras empezaba a caer el sol del cielo de Split, arrancaba en el MainStage el set una de las parejas más destacadas (y mira que hay) últimamente: Sunnery James & Ryan Marciano. Llegamos al interior del estadio y suena “Jack To The Sound Of The Underground”. Así, sí. Sesión house cargadísima de fuerza, en su línea, perfecta para entrar en calor en lo que se antojaba como un día intenso.
Le tocó el turno al ruso Arty, con su estilo que se mueve entre el progressive y el trance. Y ya sabéis… There’s no party without Arty! Comenzó con los acordes de “When I See You” seguidos de su nueva canción “Grand Finale” (preciosa la voz de Fiora) una sesión muy equilibrada con temas melódicos entrelazados con sonidos progressive más contundentes que iban aumentando según avanzaba el set, cerrando con su mash-up “Calling Rebound”. Notable set del joven ruso, del poco “trance” que pudimos escuchar durante el festival (junto al gran Armin).
Entonces apareció por el escenario uno de los más grandes y más esperados del fin de semana, y es que Sander van Doorn está rindiendo a un nivel altísimo y cada sesión es mejor que la anterior. Desde el principio encadenó una serie de temazos que se sucedían sin descanso. Era imposible parar de moverse, saltar o bailar. Sander no nos lo permitía. Personalmente me quedo con dos momentos, más o menos a mitad de sesión. “Nothing Inside” volvió a atravesarme la piel y entrar en lo más hondo como ya ocurriera hace un año en Bélgica; y es que ese temazo tiene algo muy especial. Y después, su genial mash-up “Sweet Koko” hizo que el público enloqueciera aún más si era posible. Durante toda la sesión pudimos verle enérgico y con una sonrisa de oreja a oreja, y es que el holandés disfrutó de cada uno de los 80 minutos que estuvo dirigiendo el cotarro en Split.
Siguió el turno uno de los más jóvenes del festival, y sin duda, uno de los que más ganas tenía de ver. Y es que Porter Robinson ha pasado de ser una promesa a ser una estrella. Set potentísimo cargado de dubstep y electro, con una variedad asombrosa pasando por temas (muchos con edits del propio Porter) de artistas como M83, Zeds Dead, Gesaffelstein, Major Lazer, Armin van Buuren o Knife Party (que más tarde le cogerían el testigo), acompañando a la retahíla de exitazos propios del adolescente estadounidense: “The Seconds”, “Easy”, “Say My Name”, “Unison”, “100% in the bitch”, “Spitfire” y cómo no.. Cómo no… Un cierre tan esperado como apoteósico con “Language”; donde he de confesar casi se me escapa alguna lagrimilla de puro gozo. Mucho tiempo llevaba esperando ese momento. Gracias Porter.
Y como ya hemos dicho, llego el turno de Knife Party. Fueron la última confirmación para Split y muchos les esperábamos desde el día que anunciaron el festival. Y es que el dúo australiano asegura auténtica fiesta y puro descontrol. Dijo en su día Rob Swire que abandonaban el exitoso proyecto de Pendulum porque estaban muy clasificados y apenas tenían libertad, que quería hacer lo que quisiera, le gustase a quien le gustase. Y lo cierto es que hacen lo que quieren, y gustar… Gusta muy mucho. Imposible sudar más ahí dentro, donde la gente se arrejuntaba lo más posible en torno al escenario intentando botar al unísono para disfrutar de temazos nuevos como “LRAD” o “EDM Death Machine” y como era presumible, locura total y generalizada cuando suena ese politono de móvil que da entrada al archiconocido “Internet Friends”. Todo ello acompañado de un gran despliegue audiovisual y pirotécnico. DES-FA-SE.
Pedía ya la vez el bueno de Fedde le Grand, a quién teníamos muchas ganas de ver pero no sabíamos que esperarnos. Y es que Fedde es Fedde y lo que tiene es puede sorprender con cualquier cosa. Arrancó (sin sorpresa alguna) con “Rockin’ N’ Rollin'” de una duración que parecía interminable, seguido por su nuevo “Lion” junto a Michael Calfan. A lo largo de la sesión multitud de mash-ups y bootlegs de todos los tipos (propios y ajenos) como el brutal “Reload vs. Save The World”. Y como pasa siempre con los éxitos más conocidos, más de uno se dejo la voz cantando su remix de “Paradise” de Coldplay. Lo que no recuerdo es escuchar “So Much Love”…
Y llegaba **Avicii ** con su nuevo y polémico disco bajo el brazo y tras “I Could Be The One” (que no lo escuchamos pocas veces…) y su elect-country “Wake Me Up” marchamos por primera y última vez al escenario de Carl Cox. Y es que Luciano y sus bombos y bajos dan un buen rollo que te traslada a un atardecer ibicenco incluso en esa carpa de mala muerte. Genial el suizo-chileno que más tarde se fundió en un largo abrazo, muy vitoreado por el público, con the boss Carl Cox dándole paso. Y es que los grandes se profesan mucho respeto mutuo.
Volvemos tan rápido como nos es posible entre la multitud al interior del estadio, de donde despegan fuegos artificiales al son del tema más* ultra-mega-hiper* conocido del EDM: “Levels”. Cierra el sueco su actuación y da paso al plato fuerte de la noche, al closing set, a Nicky Romero.
Y es que Nicky Romero es uno de esos grandes talentos bien valorados pero que les falta(ba) una gran oportunidad, como la de cerrar un festival de estas características. Y Nicky no es que estuviera a la altura… Es que sobrepasó todas las posibles expectativas. Personalmente (y sin ninguna duda) me parece EL set del fin de semana. Desde el primer momento tuvo al público en sus manos, y no nos soltó hasta el final. Quedaba un último esfuerzo y desde la cabina bien hacía que mereciera la pena. Pese a llevar horas de festival, ahí las piernas y la voz no flaqueaban pese a no parar de cantar temazos como “Never Say Goodbye”, “If I Lose Myself”, “Sweet Nothing”, su genial “I Could Be The One” junto a Avicii o el épico momento final “Like Home” con el holandés sobre la mesa y las manos en forma de casa. Más de uno sentía ya que ese estadio era su hogar. O que decir de “Symphonica” o del momentazo “Toulouse” con un Nicky enmascarado… Verdaderamente apoteósico.
Como apunte, durante todo el fin de semana muchos de los djs usaban los cascos poco o muy poco. Eso no amigos, eso no. Sobrepasadas ya las 5 de la mañana y reventados físicamente pero con cara de felicidad infinita salíamos del estadio rumbo al apartamento, que con mucha suerte, estaba pegado al recinto. Un desayuno fuerte tras tanto ejercicio, una último vistazo al estadio con un sol radiante ya en el cielo y a descansar lo posible que quedaba mucho por disfrutar al día siguiente…