Un potente Brodinski destroza Goya Social Club
El pasado viernes, día 24 de febrero, Brodinski ponía el broche de oro a lo que había sido un mes de febrero para quitarse el sombrero en el madrileño Goya Social Club.
Después de conocer hace cosa de veinte días el cierre del telón de Bromance Records —sello capitaneado por el mismo Brodinski junto a Manu Barron— nuestras ganas de escuchar a Louis habían crecido exponencialmente, a sabiendas de que podía ofrecernos un repaso al selecto catálogo de la discográfica. Preveíamos una noche para el recuerdo.
Llegamos pasados cinco minutos del inicio de la sesión del francés, y nos encontramos un club patas arriba que temblaba descontrolado al son de "Hector". ¡¿Pero que pasa aquí?! No sabemos qué pinchó Georgeous en el warm-up —buen repertorio tiene el de Depaart— o si la cena del protagonista la regarían con la poción mágica de su compatriota galo Panorámix, pero Brodinski desde el primer minuto salió a morder, intenso cual Gennaro Gattusso en sus tiempos mozos. Eléctrico, frenético... zapatillero.
El público ocupando cada rincón de la sala —previsible sold out—, entregado a un espectáculo digno de ver que se bañaba en litros de Jägermeister, patrocinador del evento, servido en probetas que pusieron en peligro esta crónica (los efectos de esta bebida en la memoria son cuanto menos asombrosos). A caballo entre el techno y el electro más potentes, con sus interludios —¡cómo no!— de hip hop del mismo Atlanta, Brodinski puso a prueba el equipo Funktion One de la sala durante dos horas de duro ejercicio. No dejaron de sonar temazos propios como "Can't Help Myself", "Weekend" o "Let The Beat Control Your Body" y ajenos como "The Key Of Night" de Cleric o el esperadísimo "Control Movement" de su amigo Gesaffelstein (¿qué ha sido de él?). Familia, lo nuestro fue un bromance al primer kick.
Le tomaba el relevo, tras la necesaria y merecida ovación de despedida, el alicantino Albur Morano al que pronto se uniría en un improvisado back to back el local Ladoyre —preciosa la camiseta del Purpose Tour de Justin Bieber— que mantuvieron el ritmo hasta el cierre lanzando bombas de pista como el "Domino" de Oxia.
Y como bien diría Patricia Manterola, que el ritmo no pare no pare no. Hay que mantener el listón bien alto después de haber sido galardonados a principios de año con el premio Vicious Music Award a Mejor Club de menos de 900 personas. Próxima cita, este mismo viernes con la visita de Purple Disco Machine, gurú del deep funk. ¿Quién se apunta a Goya Social Club? Yo!