Ya sea en un club, en casa, en una rave o en el coche, somos muchos los que coincidimos en que la música electrónica nos evade de la realidad en la que vivimos. Nos hace viajar en el tiempo y en el espacio. Su ritmo irracional, automático pero bello, nos transporta más allá de nuestro ser de distintas formas. Y sobre ello nos habla Sardel en un nuevo artículo de opinión.
¿Qué es la música electrónica si no nos hace volar? No es nada ya
Digamos que llevo más de 17 años escuchando música electrónica casi a diario. Y los que comparten mi enfermedad mental, porque eso lo que es, estarán de acuerdo conmigo en que llega un momento en tu vida en el que ya no es ni si quiera la música, el artista o el estilo. Sino el cómo, y sobre todo, el dónde. Cuando uno lleva a sus espaldas miles de horas de música disfrutada, cientos de fiestas por todo el mundo asistidas y decenas de festivales de principio a fin, empieza a ver más allá, o mejor dicho, a comprender. Y es que como en cualquier ámbito de la vida, el contexto lo es casi todo. En la música electrónica no tendría por qué ser distinto.
¿Alguna vez te has parado a pensar por qué una canción te ha hecho sentir algo que nunca has podido volver a experimentar? Nos ha pasado a todos, y es que el dicho que reza “cada canción tiene su momento” es una verdad universal. Y no porque hablemos precisamente de marketing y tendencias, sino porque el cómo y el dónde al escuchar una canción influye muchísimo en la percepción que tendremos de ella. Y en cuánto nos hará disfrutar.
La concentración es clave para disfrutar y comprender un disco, una sesión, un track…
Nos vamos a empezar a enrollar, pero… ¿Acaso no es esto a lo que hemos venido? La mente y la música están conectadas, y aunque no pueda referenciar ningún estudio de la Universidad de Massachussets, sí que puedo presentaros pruebas empíricas que llevo años haciendo conmigo mismo, como una buena rata de laboratorio que se presta a este tipo de movidas (siempre que la electrónica esté de por medio).
En mi experiencia personal y bastante entregada a la música de baile, puedo afirmar que la concentración es uno de los aspectos primarios a la hora de asistir a un evento. Si de verdad vas a apreciar la musicalidad del artista, la magia del ambiente, la selección musical, la calidad de la mezcla, la progresión del set… tienes que poner de tu parte y estar concentrado. Prestar atención al artista y a lo que escupen los altavoces para que tú, y en concreto, tu cerebro, seáis capaces de apreciar cada pequeño o gran detalle que diferencia a un artista correcto de un auténtico superdotado.
El ravero errante
Hacer la del “ravero errante”, o sea, ir solo a un evento, es una experiencia que te ayudará a alcanzar niveles altos de concentración en una fiesta, ya que reducirás al mínimo las distracciones que hay en él. Aun así, somos personas en sociedad y es muy complicado estar completamente entregado en una sesión. Pero cuando llegues a un punto de atención (ya no solo en el club sino en casa, o en cualquier otro lugar) en el que tengas una conexión máxima con el artista, serás capaz de comprender cada acción que realiza en la mesa, cada elemento de una canción, o lo que se pretende transmitir con un álbum de estudio. La soledad, muchas veces, es tu mejor acompañante.
El efecto túnel
Siempre he tenido la teoría de que en toda sesión, llevados un rato de mezcla y progresión musical, el artista debe buscar crear en la pista un, digamos, “efecto túnel”. Un momento único de comodidad, baile profundo e introspección individual que literalmente te hace volar. En mi opinión, esto suele conseguirse una sola vez. Y es realmente complicado ya que, en primer lugar, el DJ debe manejar con sumo cuidado la mezcla y selección de los temas, que lo lleven a ese momentum único y cumbre.
El efecto túnel suele alcanzarse con canciones específicas que serán recordadas en los días posteriores con los asistentes. Si bien, cada persona puede tener un efecto túnel distinto, bajo mi punto de vista suele ser compartido por la mayoría del público. Un truquillo: mira a tu alrededor y observa cuantas personas bailan con los ojos cerrados a su puta bola, moviendo sus brazos y dibujando en el aire con sus dedos, lo que la música les hace imaginar. Pocas cosas hay más bellas que ver un ambiente tal y como el que se crea de esta manera. Y sin duda, alcanzarlo te provocará una sensación de felicidad indestructible. Un recuerdo imborrable en tu memoria. Una conexión inifinita con el artista que te ha hecho llegar hasta ahí.
¿Y qué tendrá que ver todo esto con ‘viajar en el tiempo’?
La idea de escribir este artículo surgió por la necesidad de darle valor a uno de esos momentums que considero imprescindibles a la hora de disfrutar de la música. Por cuestiones que no vienen a cuento, desde los 18 años tengo que coger el coche unos 30 minutos todos los días. Obviamente, mi adicción a la música electrónica me obliga a tener siempre un USB actualizado y repleto de sesiones, álbumes y canciones de mis artistas favoritos. Digamos que este hecho, el de escuchar música todos los días mientras conduzco, es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida.
Como he dicho antes, la música es progresión. Elementos que se añaden y se quitan en función de un tempo, unas estructuras, un camino… El cual recorremos conforme los segundos se van reproduciendo. Podemos adoptar el símil de que una canción o una sesión, son caminos, carreteras, autovías… en busca del efecto túnel. La acción de conducir requiere concentración y nuestro vehículo siempre se mueve hacia delante. Estamos realizando dos actos que se complementan a la perfección, potenciándose el uno al otro. Estamos, entonces, realmente concentrados, dirigiendo nuestro vehículo de manera prácticamente automática, y con la mente totalmente sumergida en los sonidos que desprenden los altavoces. Añadiendo, además, que los coches suelen tener una buena acústica, el contexto perfecto para disfrutar de la música está más que garantizado.
El efecto túnel se alcanza incluso con mayor facilidad mientras conduces. Actividad que además sueles realizar en solitario. Esto se potencia en viajes largos, cuando tienes que hacer bastantes kms y echas un par de horas al menos en el coche. La música siempre será tu mejor compañera, y hará conducir sea un simple trámite. Ya que entre el efecto túnel y el mensaje, tus viajes se te pasarán volando porque será como viajar en el tiempo. Pero siempre hacia delante.
Para muestra, un botón. El de play.
— Sardel
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