Y Madrid despertó bajo un puente
15 de septiembre de 2018. Sin duda, una fecha para el recuerdo. Al menos para todos los que nos dimos cita bajo el madrileño puente de la Princesa —ese que se sitúa en Madrid Río, entre el Matadero y el Mercado de Frutas y Verduras, testigo extraordinario de la arquitectura moderna española de los años 30— para disfrutar de III El Despertar de una ciudad, un evento electrónico, gratuito, familiar, femenino y urbano. Y vaya si lo disfrutamos. Nosotros y las más de mil personas que llegaron a congregarse allí al final del día.
A las 12 de la mañana un cuentacuentos "Cuando l+s niñ+s vuelan alto" de lo más educativo para los más pequeños de la casa daba el pistoletazo de salida a un evento que se alargaría hasta las 1:30 de la madrugada. Más de 13 horas de actividades non stop. Le seguía una exhibición de ballet, poco antes de que Mendi sirviera los primeros beats de la jornada con un set muy ambiental, generando un envolvente paisaje sonoro más que adecuado para la hora y el público allí presente. Qué bonito es ver a familias enteras disfrutar de su ciudad, de un día al aire libre, con la música electrónica como hilo conductor.
En este punto conviene destacar que el plantel completo de artistas invitadas eran mujeres —¡y qué mujeres!— que nos hicieron bailar sin descanso de principio a fin. Una férrea defensa del difícil papel que juegan las féminas en la escena, y que demostró su valía con argumentos de peso actuación tras actuación.
Auriga tomaba el relevo para subir un poco las pulsaciones en un set muy bailable que daba paso a la tarde. En ella, los talleres para niños, entre los que se incluían creación de ritmos, se conjugaban con las actuaciones en directo multidisciplinar del colectivo Abismal en manos de Rayuli y SLVJ —que no dudaron en denunciar su difícil situación por las cuantiosas multas que han recibido— y Brenda Sayuri, con un live repleto de máquinas nos conquistó desde el primer kick.
Hoo ha! Chiquitan chiquititan tan tan Que tun pan pan que tun pan que tepe tepe Pan pan pan que tun pan que pin. Y si alguien aún mantenía la compostura, ahí la perdió. El clásico indescifrable de Chimo Bayo lanzó un karaoke electrónico que recogía algunos de los principales éxitos de la historia del dance, cantados a coro por un público cada vez más numeroso y animado.
Llegó el plástico a la cabina, y lo hizo con una Sonia Vega inalterable e indiscutible durante todo el set, rebuscando en su maleta la próxima bomba que lanzar a la pista. Annie Hall, invitada de excepción, hizo con su técnica las delicias de todos los allí presentes durante hora y media antes de ceder el testigo a una Mila Steiner emperrada en comprobar cómo vibraba la estructura de hormigón a cada golpe de bombo.
Y apareció ella. Indira Paganotto nos sorprendió —para bien— con una sesión cargada de energía y mucha más contundencia de la que esperábamos. Bailando sin parar en cabina, pronto contagió su ritmo a una audiencia entregada totalmente a la causa, y ya más que desbordada por los laterales de un puente que se quedó pequeño. Locura, magia, comunión. Llamadlo como queráis, pero lo vivido allí, en la penumbra —las visuales no funcionaron como se esperaba, pero lejos de un problema creó una atmósfera realmente sobria y underground—, fue algo realmente bonito.
Parallax —abanderada de Geometrika FM— era la encargada de poner el broche de oro a El Despertar, y pocas opciones se antojaban mejores que ella —qué bonito fue verla regalar las últimas pistas al final del evento con el mismo cariño que ayudó a montarlo desde primera hora de la mañana— para hacerlo con clase, fuerza y savoir-faire, templando los ánimos y dejando un aura de placer, de jouissance, flotando en el ambiente. Un buen sabor de boca que todo el mundo se llevó a casa, previo paso de ovación por lo allí ocurrido.
A destacar el impecable equipo de sonido Funktion One, un tope de gama a nivel de calidad y potencia sonora, así como el (casi) impecable comportamiento de los allí presentes. Quizá, como puntos a mejorar de cara al futuro, la ausencia de baños y vasos reutilizables —presentes en ediciones anteriores— pesaron sobre la idea de mínimo impacto en el entorno, debido a una falta de entendimiento o reacción por parte de la Junta de Distrito. Mención especial merece la gente que insiste en asistir con su botellón —y lo que es peor, dejarlo allí sin recoger cuando se va— a cualquier evento, cuando apoyar la cultura, más en casos autogestionados como este, resulta tan barato y sencillo como consumir en la barra dispuesta —a precios populares— y devolver el vaso para su reciclaje posterior.
No nos queda más que agradecer a XXXO Arquitectura, creación artística y social, Electrónica es Arte y Cultura, NIX y Geometrika FM dejarnos formar a Beatsoup parte de algo tan especial como III El Despertar de una ciudad. Agradecerles de corazón su trabajo altruista, sus ganas de devolver la electrónica al papel elevado —social, cultural y reivindicativo— que merece y enseñar a la capital el camino. Porque no es la primera vez que comentamos —recordamos Georgia y su "Bailamos juntos, luchamos juntos"— el poder que tiene la estigmatizada música dance de ocupar, imaginar y transformar la ciudad que habita abanderando principios sociales y culturales, ideales de igualdad, comunidad, libertad y progreso con el baile como único discurso.
Porque sí, el pasado 15 de septiembre Madrid despertó bajo un puente, en una suerte de rave con principios y conciencia. Gracias a ellas, a ellos, a tod+s. Porque si algo significaba este encuentro, era la suma. ¡Despierta! Nosotros ya estamos deseando que llegue el año que viene, y no te lo puedes perder.