Después de la tormenta siempre llega la ¿calma?. Así podríamos definir la situación actual de Amanecer Bailando, el festival heredero de 4every1, que ha de celebrar en Móstoles el próximo 8 de septiembre su primera edición. Y hasta hoy mismo sus seguidores no podían borrarse de la cabeza las dificultades de las últimas experiencias, por la incertidumbre que también rodeaba a la presente. Eso sí, el cartel anunciado hace unos meses invita a ilusionarse bien con nombres como Stacey Pullen, Jeff Mills, Ben Sims, LSD, Speedy J, Angerfist, Da Tweekaz, la actuación exclusiva Marco Carola B2B Loco Dice, o nuestro patrioy siempre efectivo Andrés Campo B2B Ramiro López. Y a parte, la música —y la cultura— urbana jugará un papel importante con su propio stage que reunirá artistas como Natos & Waor, C Tangana o Yung Beef.
Tras los problemas surgidos con su celebración inicial en el Parque de El Soto —y la cautela en forma de silencio que mantuvo el festival en sus redes durante un tiempo—, hace unas horas Amanecer Bailando ha anunciado de la mano del Ayuntamiento de Móstoles que el multitudinario evento tendrá lugar en una nueva ubicación. Finalmente no será Móstoles Tecnológico como se especulaba, sino el Prado Ovejero, otro parque de la localidad madrileña.
Pues bien, no sabemos si será peor el remedio que la enfermedad, ya que muchos vecinos de la localidad no han tardado nada en criticar la medida en las redes sociales, alegando que el parque y sus aledaños no están acondicionado para ello: cuenta con desniveles en el terreno, está realmente cerca de viviendas y carece de aparcamiento o infraestructuras similares para soportar el aforo estimado de más de 20.00 personas, despertando serias dudas sobre cómo se podrán disponer —sin molestar más de la cuenta— los cuatro escenarios prometidos haciendo encaje de bolillos. Y a nosotros, conociendo la zona, también nos siembra alguna duda.
Amanecer Bailando avanza paso a paso —con el firme respaldo de su programación—, y ya cuenta con ubicación... ¿definitiva? Esperamos que así sea, aunque no lo tenemos del todo claro. Y que nuestro mayor problema sea no querer parar de bailar tras la salida del sol el 9 de septiembre.
