El pasado viernes, uno más, acudimos a Nox Club Madrid para bailar a ritmo del mejor sonido underground de la capital. Como invitada especial del día del clubber, teníamos a la alemana Anja Schneider que (parafraseando el nombre de su célebre programa de radio), nos hizo ‘bailar bajo la luna azul’ (Dance Under The Blue Moon).
Aunque la única luz azul que llegamos a ver fue la de la policía que cercaba a unos ‘valientes’ que se atrevían a hacer botellón en la puerta de la Sala Maxime, y dentro no era el azul sino el verde de los potentes lásers el que escaneaba todos los rincones del oscuro recinto. Cuando entramos, algo antes de las dos de la madrugada, el nuevo dúo residente SOSANDLOW, formado por Álex Sosa y D Low, estaba evidenciando ese popular dicho de ‘la experiencia es un grado’. Gran sesión para calentar una pista, que siendo aún pronto, presentaba el aspecto perfecto para cualquier clubber experimentado: mirases donde mirases había gente creando ambiente, pero siempre tenías hueco suficiente para bailar a tus anchas. Cierto es que según avanzaba la noche el aforo se fue incrementando considerablemente, aunque quizá no tanto como en anteriores ocasiones donde colgaron el cartel de Sold Out.
Poco antes de las tres apareció en cabina una figura femenina para alegría del público. La polifacética Anja Schneider se hacía con el control de la noche hasta el amanecer durante más de tres horas, que hasta se hicieron cortas a los asistentes. La alemana, fundadora del berlinés sello Mobilee, ofreció una extensa sesión muy acorde al sonido que proyecta su sello: sonido Techno y House muy percusivo, rítmico y bailable. Muy groovy. Un sonido que no pasa ni pasará de moda. Desfilaron temazos propios de Anja Schneider, obvio, como “Diagonal” y ajenos como el último “No Finger Prints” de K.E.E.N.E. (publicado por Leena, subsello de Mobilee), “Next Level” de Marco Faraone, “Black Light” de Kaiserdisco (¡no se nos quita de la cabeza!) o “Run!” de Martin Eyerer. Pasaban largas las cinco de la mañana cuando decidimos retirarnos, nuestras piernas se habían quedado sin gasolina tras una dura semana y entraban en conflicto con algo que desde el pecho les pedía moverse más y más. ¡Más!
Un párrafo especial merece Nox Club Madrid, pues ha cumplido la difícil hazaña de asentarse en apenas dos meses y medio como todo un referente de la noche madrileña. Y lo que es más difícil todavía hoy en día, consiguiendo una simbiosis perfecta con su público: el club cumple las exigencias de sus refinados socios apostando por artistas de primer nivel, y el público fielmente responde viernes tras viernes llenando la céntrica Sala Maxime. Una historia de amor mejor que la de Crepúsculo. Esto sumado al formidable y cercano trato de todo el equipo humano involucrado, y a un equipo de sonido bien establecido en el podio dentro de la oferta que se puede disfrutar en la capital. Dicho esto, sólo nos queda una cosa que añadir… Volveremos. Pronto. Cómo no hacerlo.
