El pasado martes 6 de diciembre fue más festivo de lo habitual, gracias a la visita de Simon Green a la capital. Seis años tuvimos que esperar para ver de nuevo a Bonobo en Madrid —de hecho, en la misma Sala La Riviera— y ya avisamos en la previa: el concierto por Fragments Tour 2022 prometía mucho, y así fue. Ganas había por parte de todos. Muy pocas entradas debieron sobrar en Madrid, y ninguna en Barcelona en el evento del día siguiente.
La agónica participación de España en el Mundial retrasó nuestra llegada, sin dejarnos apenas margen para disfrutar de un Poté que nos queda en pendiente. Con unos 20 minutos de retraso, Bonobo apareció en escena con su banda al completo. Si muchas veces hemos comentado el valor que tiene la electrónica en directo, éste se multiplica cuando se respaldas los sintetizadores y teclados con instrumentos como baterías, guitarras o trompetas. Un espectáculo musical completo a otro nivel, electrónica en directo con mayúsculas.
Al igual que en el reciente concierto de Moderat, Bonobo es capaz de ofrecer un exquisito equilibrio entre lentas e íntimas piezas vocales —maravillosa Nicole Miglis— y pistas muchos más pisteras (valga la redundancia) que rozaban el ácido. Un espectáculo de poco más de 90 minutos que comenzó con enlazando "Polyghost", "Rosewood" y "Counterpart" como carta de presentación de 'Fragments', pero donde no fallaron iconos de su trayectoria repasando álbumes como 'Migrations' (bastantes), 'Black Sands' o 'The North Borders'. Bagaje y discografía no le faltan al británico, que con cada nuevo corte se metía aún más al público en el bolsillo. A juego, distintas visuales con proyecciones, bandas de luz y focos redondearon un show soberbio. Volviendo a 'Fragments', "Age Of Phase" y "Otomo" cerraban el concierto, con una primera despedida que después se prolongó con "Break Apart" y un explosivo "Kerala" que nos terminó de fijar la sonrisa en la cara.
Público disfrutón —de nuevo, media de edad "alta"— que sabía muy bien a lo que iba. Quizá no todos, por lo rogamos a aquellos que van a darse la brasa a voces durante todo el concierto vayan al bar o lo dejen para después. Y los de chequear el correo o el Pokémon —juramos ver lo nunca visto, alguien cazando un Snorlax en medio de La Riviera—, más aún. Aquí se viene a bailar y a gozar. Al fin y al cabo, Bonobo no nos dejó otra opción. Te esperamos pronto de vuelta, Simon.
Gracias a Houston Party por apostar por la electrónica en directo, una apuesta firme que se renueva en 2023 con los ya programados espectáculos de Kerala Dust, Fakear o Thylacine. Apuntados en rojo en el calendario quedan.