Crónica: Monolink (se) emociona en su concierto en Madrid
La gira de su último álbum hacía paradas en Madrid y Barcelona de la mano de Primavera Tours, y nosotros no nos perdimos el hipnótico directo de este hombre orquesta de la electrónica.
Hay noches en las que la electrónica trasciende de ser un simple set y se convierte en algo casi ritual. Y en ese punto es en el que se mueve como pez en el agua Monolink, y así lo demostró en La Riviera, de la mano de Primavera Tours, en su paso por Madrid hace cosa de una semana. Domingo tenía que ser. Un concierto enmarcado en la gira que celebraba el lanzamiento de su nuevo álbum ‘The Beauty Of It All’ y que, desde el primer minuto, dejó claro que aquello no iba de una presentación al uso, sino de abrirse en canal ante un público que debió rozar el sold out, ese que sí firmó en la Ciudad Condal el mismo fin de semana.
Los domingos son días para ir a misa. Cada cual a la suya. Y bailar siempre es una buena opción buenísima para levantar el alma. Que se lo digan a Cristina Tosio, encargada de arrancar la velada sirviendo un warm up perfecto para lo que vendría después. Poco más tarde, puntual a las 20:30, daba comienzo el recital de artista del sombrero de ala ancha más reconocible de la escena electrónica –con permiso de Kölsch, o más recientemente Mëstiza–, sentado al piano con ambiente intimista pero una energía expectante flotando por toda la sala.
Poco tardamos en descubrir la propuesta del escenario. Sin pantallas ni artificios –cosa que se agradece–, la puesta en escena giraba en torno a tres monoli-tos flotantes, que puntualmente giraron sobre sí mismos mostrando una cara escamada y brillante, como si acompañaran visualmente la metamorfosis del concierto. Un ejercicio de minimalismo bien entendido.
Y poco a poco, el alemán hizo lo que mejor sabe hacer: convertirse en hombre orquesta, en ese Juan Palomo musical que compone, toca, canta y lanza loops mientras cambia de instrumento (guitarra española incluida) con una naturalidad y una habilidad pasmosas. Su propuesta –ese híbrido tan suyo entre el pop sensible, el folk y el techno emocional– se despliega mucho mejor en directo, donde cada golpe de bombo o cada frase rasgada cala mucho más hondo.
El concierto, de dos horas de extensión, nunca cayó en la monotonía. Hubo bombos más tensos, bajadas para melodías más recogidas, tempos que mutaban sin perder el hilo conductor, siempre manteniéndonos en vilo en un constante tira y afloja entre energía y vulnerabilidad. “Beacon” y “Outgrown” nos marcaron el paso en la primera mitad, “Sirens” nos elevó hacia el ecuador y “Light Up My Dark” y “Perfect World” remataban el último tramo. La Riviera respondió con un público experimentado y entregado que sabía cuándo bailar y cuándo simplemente dejarse mecer (aunque por desgracia no todo, lo que le gusta a la gente hacer corros de charleta a viva voz mientras un artista se abre en canal en el escenario... y el sonido de la sala no ayuda).
Hacia el final, Monolink se mostró especialmente emocionado, agradecido, verbalizando varias veces lo especial que estaba siendo la noche, y animándose incluso a hacerlo en castellano. Y el cierre, cómo no, llegó con unos bises a la altura del viaje: primero con “Mesmerized”, su canción favorita del nuevo álbum; para después someter a debate público con qué clausurar, resultando vencedora –sin muchas dudas– “Father Ocean” a la que a la postre añadió un “Burning Sun” que encendió los últimos destellos de una velada brillante. A un lado, un público emocionado que le ovacionó como merecía; al otro, un artista casi más emocionado si cabe al que le costó hasta irse del escenario. Una escena de comunión entre stage y pista muy bonita de vivir.
En resumen, una tarde-noche que confirmó Monolink no es solo un artista en estado de gracia, si no que es un puente vivo entre distintos universos sonoros que laten a la vez sobre el escenario, al más puro estilo Stranger Things.
Pero ojo, que la cosa no acaba aquí. Primavera Tours sigue desvelando fechas de su programación, donde tenemos apuntados en el calendario –ya para inicio de año– fechas con otros virtuosos como Ofenbach, VVV [trippin’you] o Mosimann.
Álvaro Pardo B