Crónica: una microdosis de Boston Bun que sabe a mucho

Microdosis se ha asentado como uno de los rincones más estimulantes para la electrónica en directo, un espacio alternativo donde la música en live toma el mando y demuestra que este género es mucho más que un DJ o un macrofestival. Ya lo decíamos en la previa. Su apuesta es clara: conciertos íntimos, accesibles y cuidados, que reivindican la electrónica como un lenguaje vivo expresado con una narrativa propia. Desde Madrid, la promotora se ha convertido en un pequeño referente de la escena independiente, un laboratorio sonoro que huye de las fórmulas fáciles para centrarse en crear comunidad, un espacio inclusivo y diverso donde cualquiera puede descubrir artistas y nuevos mundos sonoros.

Y eso es lo que vivimos el pasado jueves en el icónico Café Berlín de Madrid, con la visita del artista francés Boston Bun. Una propuesta que convierte cualquier jueves al azar en un pequeño oasis, mezclando electrónica en directo, cercanía y descubrimiento sin miedo. Aquí los artistas no pasan, si no que se viven en un formato perfecto para encontrarte con nuevos nombres o reencontrarte con otros que ya tenías en el radar, todo envuelto en esa atmósfera recogida tan suya.

Volviendo a Boston Bun, a priori puede parecer un nombre desconocido, pero precisamente ahí está el interés: en descubrir. Para quienes aún no le conozcan, una década de carrera con un sonido house bien gustoso, ser considerado una de las figuras del French Touch 2.0 –ahora que este género vuelve a estar tan en boga—, haber publicado en sellos como Ed Banger, Future Classic o Toolroom y ser coproductor de uno de los grandes éxitos del célebre Fred Again.. –aquí os recordamos su paso por Madrid– como es "Marea" le avalan.

El parisino se plantó en Madrid después de colgar el sold out la tarde anterior en Barcelona, y nuestra expectación era alta. En ambas fechas no se presentó solo, si no que lo hacía junto a su amigo Boreal sumando así cuatro manos sobre la mesa del hardware. No hizo falta un gran despliegue de medios, bastó un groove constante, un bajo nítido, melodías y vocal chops bien escogidas –Bo Bo Bo Boston Bunnn– para que la sala entrara en modo baile sin darse cuenta. Un live medido, lleno de matices, edits propios y ese tacto que se nota cuando un productor entiende al público que tiene cara a cara. Poco a poco fueron desfilando cortes de su maravilloso álbum "MIXED FEELINGS", un edit de "Spread Love" (esta vez sin Paddington Bear), su remix a "All I Know" de Rudimental y Khalid o un cierre que encadenó el ya icónico "Missing You" con "Don't Wanna Dance" que dejó el concierto en todo lo alto. Y con ello nos fuimos ya echándole de menos y queriendo bailar más, aún más.

Ante ellos, un público entregado al viaje que agradeció tanto la cercanía del artista como el horario. Porque sí, tener electrónica de calidad entre semana sin acabar a las tantas también es un lujo. Y cuando ves a gente que acude sola –varias personas–, sabes que el evento merecerá la pena. Además, una pista de baile con hueco para moverse y humo saca los bailes más libres, auténticos y sinceros. Lástima que no todo el mundo lo sienta igual, y una chica sobreexcitada en primera fila con un grito constante en la boca o un grupo de cayetanos que no terminan de entender el vibe de la cultura de club –con uno especialmente pesado dando la chapa al propio Boston Bun durante su actuación– rompieron puntualmente la buena vibra de esta icónica pista de baile de Madrid.

En resumen, otra victoria de un ciclo que sigue empeñado –y consiguiendo– demostrar que la electrónica en directo no es un nicho, sino un tesoro para el que quiera descubrirlo. Y no será la última, pues en los próximos meses ya tienen anunciados a nombres como Rezident, Nils Hoffmann (este en particular no pensamos perdérnoslo), fenoaltea o Laurence Guy tanto en Madrid como Barcelona. Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Una microdosis que nos dejó muy buen sabor de boca.