La semana pasada recibí la visita de un amigo alemán (Jerome) que conocí en Praga durante mi Erasmus y con el cual compartía, además del gusto por la cerveza checa, el gusto por la buena música. Es una de esas personas en la que puedes confiar para salir de fiesta o que te encuentras en los sitios mas remotos… siempre que la música merezca la pena.
Jerome me comentó tres semanas antes de venir que había un concierto de un artista que le gustaba y que nunca había tenido el placer de ver. Él se encargó de comprar las entradas. Yo me dejé llevar e intenté guardar el misterio y… lo que ocurrió el viernes en la madrileña** sala Penélope** superó mis expectativas.
Podemos empezar por desglosar el nombre de este artista. Dub (música donde las frecuencias bajas son las que brillan), FX (efectos). Tal vez alguno se imagine que el artista utilice unos platos o una mesa de samplers pero en realidad, él produce todos los sonidos haciendo beatbox y, ya que la ciencia no nos permite tener infinitos clones, utiliza una pedalera de loops para grabar todos estas ondas sonoras y reproducirlas cuando lo ve necesario. Sorprendente.
Su estilo es una mezcla entre Reagge, Hip-hop y Drum n Bass. Si tus gustos rozan alguno de los géneros anteriores deberás echarle un oído a este curioso personaje. Otra peculiaridad es que una gran parte de su tiempo la consume como artista callejero. Verlo hacer con la boca todo el rango de sonidos que componen sus canciones e improvisaciones es bastante impresionante. Primero comienza con el ritmo, un potente beat, después continúa con los agudos y posteriormente con la melodía del bajo. Sobre estos sonidos y otras florituras que se le ocurren a este hombre del país de los canguros, se dedica a rapear y entonar buenas letras.
El concierto comenzó con temas mas melódicos y tornó hacia sitios mas oscuros del Drum n Bass donde los bajos y la voz primaban. Pero entonces salieron sus compañeros (un bajista y otro encargado de teclado y saxo) y eso se convirtió en una buena ristra de temas (los cuales no conocía) pero aún así me fascinaron. Mucha energía, un par de solos (tanto de teclado como de bajo) convirtieron esta hora y media por 16 euros en una buena inversión.
La sala donde esto ocurrió fue Penélope. Creo que el artista no estaba muy contento ya que, al grabar los loops del beat para ponerle ritmo a la canción, había un ruido bastante elevado debido a la reverberación de la sala y a la verborrea de los allí presentes, por lo que en varias ocasiones pidió el silencio del público durante unos segundos para tener la base de la canción sin ruido.
Como conclusión, ha sido la primera vez que Dub FX ha actuado en España y debido al aforo completo dudo que pase mucho tiempo hasta que vuelva. Pero esta vez, en una sala con menos reverberaciones. Y cuando esto pase, volveremos a verle.
– – Pablo Díez – –