Desde que descubrí su fantástico álbum ‘Little Black Book’ allá por 2013, el sonido de Hot Since 82 se ha vuelto habitual en mi vida. Conquista. Y aunque parezca increíble siendo madrileños, por causas propias o ajenas aún no habíamos gastado zapatilla por la pista de Mondo Disko. El pasado jueves era el día idóneo para conocer al fin a ambos. Y así lo hicimos.
Entramos antes de las 2am en lo que prometía ser una gran noche.Ya la pista presentaba muy buen aspecto con el público entregado a una de las parejas residentes más destacadas de la capital: Borderline. Una cosa que nos llamó la atención, y como bien apuntó un amigo polaco con gusto exquisito, es que la gente que había sabía a lo que iba. Un club con ambiente de club, y eso hoy en día no es tan fácil de encontrar (aunque dicen que se está poniendo muy de moda, y sabemos que pasa luego…). A eso de las 2.15 (un poco antes de lo previsto) aparece la figura del británico Daley Padley iluminada en rojo en una oscura sala. Llegaba el momento. Llegaba Hot Since 82. Llegaba el groove.
Y es que si hay una palabra que defina a la perfección la música de este artista del house es esa: groove. Si alguno a estas alturas de la película no está familiarizado con el término, resumamos que es “esa sensación que hace que la música se adueñe de ti y de tu baile”. Vamos, que eso era más bailable casi que nuestras patrias sevillanas (y olé). Durante más de dos horas de auténtica evasión y mucha pista, mucho beat y mucho láser disfrutamos de una serie cuya dinámica era temazo tras temazo, propios y ajenos, recientes de su nuevo sello Knee Deep In Sound y también del español Suara (brutal cómo suena “Planes & Trains”). Por desgracia, no le pudimos ver acabar…
Nuestra noche acabó antes de tiempo y con una nota amarga en el gran sabor que nos estaba dejando la velada, ya que un hijo de puta desgraciado robó a una amiga cartera y móvil. Pero como bien dice Schwarzenegger en la techno-futurista película Terminator: Volveré.
Nota: muchas gracias a la organización de Mondo y en especial a Elisa por la atención. Así da gusto.