Crónica: Medusa Festival se corona en una nueva edición
El gigante electrónico de Cullera reunió a 180.000 asistentes que vibraron en una espectacular edición donde la producción y el cartel no dejaron indiferente a nadie.

Cada edición lo deja más claro: Medusa Festival ya no es solo un evento destacado en el calendario electrónico, es el festival de música electrónica más importante de España en lo que a amplitud y diversidad de estilos se refiere. Los 180.000 asistentes reunidos en Cullera así lo demuestan. Un año más, no nos lo pudimos perder.
Un evento capaz de dar cabida a todas las corrientes de la electrónica —del techno más oscuro al hard más contundente, pasando por house en distintas variantes, hardstyle, remember o EDM... si bien es cierto que le falta algo de bass— siempre con artistas de primera línea en cada género. Pero si algo distingue a Medusa es su producción audiovisual impecable que convierte cada escenario en un universo propio. Una puesta en escena "made in Valencia" donde la experiencia del arte fallero y la pirotecnia se llevan a otro nivel. En conjunto, un despliegue técnico que no tiene nada que envidiar a los grandes colosos europeos donde cada edición –esta última centrada en el mundo del Arcade, con un enorme castillo de videojuego en el Mainstage– es un viaje sensorial donde la música se funde con el espectáculo visual y la fantasía arquitectónica. Para muestra, la brutal opening ceremony.
Y es que no es casualidad que cada vez sean más las voces que comparan a Medusa con Tomorrowland, considerado el festival más espectacular del planeta. No son parejos, aún existe amplia distancia entre ambos, pero cuando esas comparaciones se hacen con argumentos sólidos —por la ambientación y el cartel— la conclusión es clara: Medusa está en el camino de convertirse en un destino de peregrinación imprescindible para los amantes de la electrónica y no solo nacional. Medusa ya no sueña con ser grande: lo es, y cada verano lo demuestra. Al lío.
VIERNES 8
Medusa Festival arrancó –tras su correspondiente preparty– con una explosión de ritmo y adrenalina en la playa de Cullera, mientras el escenario principal Arcade Land cobraba vida con los estilos EDM y hardstyle, en el resto de ellos como Resonance, Church Club, Vertigo the Club, Dragon Heart, Rainbow Cutty Sark, The Dreams of Hathör, pudimos disfrutar de sonidos desde techno, tech house, hardcore y house.
Actuaciones como la de Don Diablo programadas a primera hora de la tarde hicieron que en el stage se congregara gran afluencia y tal es así que el parking pasada la medianoche anunció lleno absoluto.

Resonance Stage vibró con los sonidos de Nuke que, para las 22h había realizado un warm up perfecto para recibir a Charlotte de Witte y su techno de corte oscuro, contundente y minimalista, una de las apuestas seguras y figuras femeninas mas destacadas del festival junto a Fatima Hajji que fiel a su estilo trajo un techno energético con toques hardgroove y tribales.
Mientras en el mainstage bailamos con el siempre camaleónico DJ Nano y el set de Laidback Luke en un viaje por los sonidos más icónicos del EDM por allá en 2012 y todo su boom.

A media noche y antes del set de Timmy Trumpet disfrutamos de la Opening Ceremony con una producción increíble con 250 drones sincronizados y fuegos artificiales –que si bien tuvo algunos momentos de silencio entre set y set, en los siguientes días se mejoró llevándolo a la perfección–. Tras esto y como clímax absoluto, Timmy Trumpet desplegó un set con transiciones entre big room, hardstyle y psytrance que eran puro descontrol junto a su inseperable trompeta en directo.
SÁBADO 9
Segunda jornada con nuevos reporteros beatsouperos incorporados a la expedición, lo que pedía una nueva vuelta de reconocimiento del vasto y cuidado recinto: los ecos de radióformula de un templete chino comandado entonces por BRESH, unos containers que vibraban al son de los sonidos más hard, un astronauta que coronaba el coqueto pero intenso escenario Vértigo –pequeñito pero matón–, ecos de otras épocas que nos llegaban desde el antiguo Egipto... un mundo de posibilidades. Como detalle curioso, la comodidad de un suelo cubierto por un buen tapete de césped, que por lo que nos contó un amigo había pertenecido a la ciudad deportiva del Atlético de Madrid.
Para cuando quisimos ubicarnos en el escenario principal, el singular Padre Guilherme –que despertó mucho interés mediático en la previa– guiaba desde el púlpito en lo alto del castillo a sus fieles con una variada sesión donde predominaba el techno melódico acompañado de visuales que incluían crucifijos o palomas blancas. Rave María Purísima.

Seguía el turno el bueno de Fedde Le Grand, fiel a su estilo, que nos recordó por qué el EDM está de vuelta una década después y que himnos como "Put Your Hands For Detroit" nunca pasarán de moda. Y entonces llegó su compatriota, el cabeza de cartel de la jornada: Armin van Buuren.
El holandés no pasaba por tierras valencianas desde hacía más de una década, en un evento –una oda al trance– que nos marcó a todos los que pudimos vivirlo: Armin Only Intense. La expectación era máxima, pero sabíamos que la sesión distaría de lo que deseábamos, siendo un set más enfocado al público mainstage, que si bien tuvo ecos de trance –vocalista incluida, buena regresión con "This Is What It Feels Like" o "In & Out Of Love"–, fue subiendo el pulso con psytrance y su faceta technera cada día más presente.
Movimiento al Resonance Stage –si el main recordaba a los mundos de Tomorrowland, este trasladaba la cabeza al Awakenings– donde Loco Dice y Jamie Jones estaban haciendo de las suyas, y alguno ya no nos movimos de allí, y es que la programación invitaba a quedarse. La actuación de Jamie Jones convirtió la imponente estructura en forma de araña que dominaba el recinto, en su templo del house con su mezcla de buen rollo, grooves sofisticados y melodías hipnóticas. Todo un paradise. La atmósfera escaló aún más cuando The Martinez Brothers tomaron el mando junto a Luciano en un b2b que no recordamos que se hubiera producido antes, y que fue inolvidable. Los ritmos cálidos del suizo-chileno se entrelazaron con la energía callejera y latina del dúo neoyorquino en un cierre de noche con vistas al amanecer y la pista llena entregada a la causa.

Bueno, una parte de nosotros sí que hizo una escapada, la ocasión lo merecía. Si en el antiguo Egipto rendían culto a sus dioses, en la zona de Levante –y más concretamente en el escenario The Dreams of Hathör, el main de la pasada edición– se hacía lo propio con otras deidades que hicieron grande La Ruta. Y a su frente, Miguel Serna, profeta en su terreta que desplegó el espíritu de Rockola durante su segunda sesión, ya que anteriormente había actuado junto a su hija Brenda Serna en el main durante el Energy Hour. Larga vida al remember.
DOMINGO 10
Los espectaculares escenarios de Medusa Festival y su programación hace que todos los días la mayor parte de géneros sean grandes protagonistas y la última jornada bailamos con el mejor house, deep house melódico y EDM.
La jornada arrancó con la contundencia de Marco Faraone, que imprimió al escenario un tech house de bajos densos y percusiones brillantes, perfecto para arrancar la última noche con fuerza. Tras él, nos desplazamos al Mainstage para disfrutar de a nuestro parecer, una de las actuaciones y visitas más esperadas –ya avisamos en nuestra previa–. Nora en Pure llevó al público a un estado hipnótico con su característico deep house melódico: atmósferas etéreas, vocales flotantes y melodías cristalinas, sencillamente perfecto.

La intensidad del Mainstage alcanzó de nuevo un pico con el dúo australiano NERVO, que transformó el ambiente en una fiesta masiva de EDM y progressive house. Su sesión fue pura energía: vocales eufóricas, drops diseñados para el salto colectivo, alguna que otra ID y una puesta en escena al nivel que nos tienen acostumbrados Liv y Mim, convirtiendo su set en pura vibra.
Pero a nosotros nos llamaban los ecos del Resonance Stage. Dennis Cruz desplegó su arsenal de grooves mediterráneos, cargados de swing, percusiones vibrantes y un toque callejero que desató la pista. Puro estilo Solid Grooves, de lo que también sabe mucho el cofundador del sello Pawsa, que aportó esa elegancia minimalista y groove sofisticado en una de las actuaciones más esperadas de esta edición y donde pudimos disfrutar de tracks como "Too Cool to Be Careless" o "Double C" –producido para la película de F1– entre otras. Qué ganas de volver a verles pronto en Madrid en un b3b épico junto a Michael Bibi.
Mientras, la noche se acercaba al clímax final donde el último latido del Medusa 2025, lo protagonizó Paco Osuna que con un techno minimalista y preciso mantuvo a la multitud en trance hasta el amanecer. Entre bombos secos y transiciones calculadas se selló el festival con la fuerza de un maestro en plena forma.
El amanecer en Cullera no marcó un final, sino la confirmación de que Medusa Festival es hoy el gran festival electrónico de España. Y no para de crecer. Nos vemos el año que viene.
