Vivir un festival siempre es una experiencia, pero hacerlo en otro país y para despedir el verano tiene un plus especial. Con esta premisa pusimos rumbo al país vecino, a conocer al premiado como "Mejor Festival Nuevo" en los Iberian Festival Awards el año de su debut: MEO Kalorama.
Celebrado en el Parque Bela Vista de Lisboa, este festival hermanado con el malagueño Cala Mijas —mismo promotor, mismas fechas y casi mismo cartel— reunió en su segunda edición hasta 105.000 personas de 50 nacionalidades en tres días repletos de música con grandes artistas como reclamo, muchos de ellos top de la escena electrónica. Así lo vivimos nosotros, intentando hacer check en la quiniela de artistas imprescindibles que presentamos unos meses antes.
JUEVES 31
Accedemos al recinto y nos encontramos varias sorpresas. La primera, la extensión, mayor de lo esperado; la segundo, fiel a la ciudad de Lisboa, que contaba con multitud de cuestas –algunos escenarios hacia abajo, otros hacia arriba–; tercero, que esas colinas de parque carecían del tapiz verde que esperábamos levantando buena capa de polvo. M83 en formato banda como parte de su 'Fantasy Tour' fueron los encargado de darnos nuestro primer concierto en un Palco San Miguel que pensamos se les quedaba pequeño, y sin duda fue un buen pistoletazo de salida. Directo íntimo pero intenso hasta un brillante cierre con "Midnight City" y "Mirror", eso sí, echando de menos "Outro".
Siguiendo con nuestra ruta, y aprovechando para dar una vuelta de reconocimiento, acabamos en el espacio que a la postre fue nuestro favorito del festival: Palco Panorama. Fiel al espíritu del bilbaíno Basoa de la misma promotora, el pequeño escenario dedicado a la electrónica se enmarcaba dentro de una arboleda lo que le daba un carácter de lo más especial. Caía el sol cuando Call Super en formato back to back con Anz nos mostraron el potencial del sonido “cuadrifónico” con un set housero de lo más bailable y animado –qué bien suena Larry Heard en un entorno así–. Cuando volvimos de una breve escapada a ver a Metronomy, el panorama había virado a un sonido que incluía más sonidos acid y techno subiendo el ritmo, ideal para el siguiente invitado. Ben Ufo empezó firme, en su línea, adueñándose de la oscuridad y la sombra entre los árboles. Hipnótico.
No pudimos quedarnos mucho, nuestra presencia en Lisboa en buena parte respondía al concierto que venía después: The Blaze. Llegamos con 5 minutos de antelación… que se convirtieron en 20 cuando el dúo francés no pudo arrancar hasta que terminasen los headliners Blur que alargaban sus bises en el mainstage. La espera y el viaje merecieron la pena, con un show A/V maravilloso, atmosférico, melancólico y embaucador que con apenas diez tracks nos mantuvo en volandas de principio a fin repasando tanto ‘Dancehall’ como su último ‘Jungle’. Interesante puesta en escena, uno frente al otro, con cinco pantallas que se movían en su espalda.
El punto y final a la primera jornada lo pusimos con unos incombustibles The Prodigy en el mainstage. Pronto empezaron a sonar bombas como “Omen” o “Firestarter” ante un numeroso público que buscaba quemar sus últimas fuerzas ante unas leyendas. Algunos —nosotros incluidos— apostados en las colinas en un último estertor big beat, eso sí, lleno de felicidad. Take me to the hospital!
VIERNES 1
El segundo día empezamos la ruta, de nuevo, en el Palco San Miguel. FKJ era nuestro reclamo, y el fresco directo del artista multinstrumental francés nos sorprendió para bien. Su música ya nos gustaba, pero verle tocar, samplear, cantar y fusionar todo ello en live –incluso en los minutos de descuento se inventó un tema improvisado para MEO Kalorama– lo eleva a una nueva dimensión. Crack.
Nuestra segunda parada era el concierto de Florence + The Machine, una de las cabezas de cartel del festival. Y con razón. Posiblemente el mejor concierto de toda la edición, con una Florence Welch soberbia que, cual sacerdotisa, flotaba por el escenario encandilando con cada sílaba, con cada gesto, con cada canción —mención especial al ecuador con "Morning Elvis" junto a Ethel Cain que actuó esa misma tarde o la cover de "You Got The Love"— a a los miles de oyentes que tenía a sus pies uniéndonos en comunidad, alejándonos de las pantallas y haciéndonos levantar una nube de polvo que no vivimos ni en Monegros al son de "Dog Days Are Over". Mágico. Memorable. Nadie diría que estuvo a punto de no poder cerrar su gira por problemas de salud o un pie roto.
Aterrizamos y pusimos rumbo a casa, el escenario Panorama. Allí encontramos a un John Talabot desdibujado en la penumbra, apenas visible tras una densa nube de humo, pero perfectamente audible con un discurso musical serio y bailable. De embrujo en embrujo, y bailo porque me toca.
El cuerpo pedía descanso, y nos vimos obligados a declinar el concierto de Arca —por su consiguiente cruce, de nuevo, de todo el recinto— en pro de una doble smash burger con patatas y un asiento. Todo con vistas a llegar con fuerzas necesarias a un cierre que prometía tralla. Y así fue.
Está claro que Aphex Twin no es un artista al uso, pero no todos los genios son comprendidos en su totalidad. Allí nos encontrábamos, viendo como terminaban de montar el escenario en forma de cubo cuando arrancó la tormenta. Ritmos rotos, distorsionados y acelerados supusieron el pistoletazo de salida a un recital electrónico que desde la experimentación tocó del techno al hardcore, pasando por el acid house, el drum & bass o el ambient, en un viaje subidos a su nave espacial que se rodeaba de visuales estrambóticas, láseres y luces estroboscópicas. Una locura pasada de vueltas que nos despertó sensaciones contrapuestas. Richard D. James es único e irrepetible. Como punto curioso —y aún siendo difícil identificar algo—, no, no sonó "Lisbon Acid".
SÁBADO 2
La última jornada del festival la empezamos más pronto. Y como no hay dos sin tres, de nuevo en el Palco San Miguel. Allí nos esperaba nuestro compatriota Sen Senra y su estilo de pop urbano lo-fi que bailamos —y cantamos— el amplio grupo de españoles que copábamos las primeras filas. De Galicia para el mundo, como él mismo dijo.
Y como somos gente de constumbres, directos al Palco Panorama. El sol filtrándose entre los árboles, Dinamarca a los platos y una sesión de lo más divertida que incluyó desde sonidos de trance clásico hasta cumbia o nuestra Rosalía. La gozadera. Le tomó el relevo la italiana Budino, quien nos mantuvo danzando otra hora hasta que pusimos rumbo al Palco MEO a ver a unos Foals que tienen un directo arrollador que nos atrapó desde el apabullante principio con "Wake Me Up" y "Mountain At My Gates" hasta el fin guitarrero con "Two Steps, Twice", mención especial para un coreadísimo "My Number" o un íntimo "Spanish Sahara". Qué energía y buen rollo son capaces de transmitir los de Oxford.
Solo nos quedaba un escenario por conocer, lo y lo hicimos para cumplir con otro de los must de nuestro viaje: el directo de Nu Genea en Palco Samsung. Concierto súper disfrutón con el público más entregado que vimos en todo el fin de semana, ante un escenario que presentaba casi una decena de músicos. El proyecto de los italianos Lucio Aquilina y Massimo Di Lena nos trasladó a su 'Bar Mediterraneo' a base de italodisco y afrobeat. Divertidísimo.
Tocaba encarar la recta final, y después de ver un poco a Arcade Fire desde la distancia —croissant en mano— decidimos poner el broche final donde fuimos más felices. Tiga era el encargado de cerrar el Palco Panorama y no pudimos resistir la tentación de quemar nuestras últimas fuerzas entre árboles, luces, electro, humo, gafas de sol, buen rollo y mejor música —"Mind Dimension", "Fine Day Anthem" o "You Gonna Want Me" lo atestiguan— para irnos con una buena sonrisa en la cara. Obrigado, MEO Kalorama.
A nivel organización, MEO Kalorama 2023 cumplió solvente con nota. Sonido notable, buena organización en barras y baños —con colas, como es lógico, pero avanzaba rápido y civilizado— y una gran oferta gastronómica y de espacios patrocinados, cada uno con su correspondiente entretenimiento y variado merchandising.
Ya conocemos las fechas de la próxima edición, de hecho ya se podían comprar entradas con oferta de lanzamiento en el propio recinto para alegría de los más previsores. MEO Kalorama volverá en 2024, del 3 al 5 de septiembre, de nuevo al Parque da Bela Vista de Lisboa. Habrá que volver.
Gracias al equipo de We Are Full Fat (especialmente Izz y Clara) por las facilidades. If you read this high five!
