Tras la resaca ya bien ahogada entre todo este calor, llega el momento de recapitular sobre el MULAFEST 2015, el festival madrileño más urbano. Muchos fueron los que disfrutamos durante los cuatro días de las actividades que este ofrecía, desde diferentes deportes como skate o patines hasta grandes bellezas artesanales del motor, sin olvidar a el sector mas gráfico como los grafitis o los tatuajes. Sobre los que nos concierne en este espacio, horario de noche. Música. El cartel era impecable, con dos días bien intensos.
Viernes 26
22:30, llegamos al ruedo del escenario principal y Jon Hopkins comienza su live (que no dj set) con ritmos y melodías con las que era bastante difícil no dejarte llevar. Hila fino el británico. Transcurriendo su actuación iba tornando hacia lugares de la música electrónica que son más propios de las seis de la mañana que de las once de la noche.
Las visuales fueron hipnotizantes, la aceptación fue máxima y el público lo dio todo. Estos ánimos y ganas de seguir bailando que nos había dejado Hopkins en su maravillosa actuación se vieron truncadas por una pésima noticia, la cancelación de Klangkarusell (algo similar ocurrió en SOS 4.8) por problemas de salud de uno de los integrantes. Esta ventana de tiempo la llenaron con dj Atica y algunos de sus asistentes migraron hacia la zona de la playa a descansar movidos, probablemente, por la desilusión.
John Talabot. Grande. Su nivel y carrera son admirables aunque la sesión que se marcó tal vez dejó a alguno que otro un poco frío. En mi opinión le falto un nivel de chicha. Él, dio paso a 2manydjs, sin duda, el grupo con más trayectoria de la noche. Su sesión, como acostumbran, estuvo llena de éxitos de “ayer y de hoy” (desde los Beastie Boys a el famoso tema “Exta Si, Exta No” del patrio Chimo Bayo pasando por Phoenix). Eso sí, estos no arriesgaron mucho poniendo temas ya que la mayoría eran bien conocidos.
El último set de la noche vino dirigido por otra pareja de Djs, Optimo. El techno fue la línea base de su set. El paso de un artista a otro fue bastante brusco, y no sé si fue por el cambio de ritmos o por la hora pero me entraron ganas de comerme un perrito de los puestos de comida tan ricos que había en el recinto y que a más de uno como yo le dieron la energía necesaria para seguir hasta el final.
En definitiva muy buena noche, pero debido al calor que hacía, un sistema de fuentes no hubieran sido mala idea por parte de la organización ya que más de uno se dejaba el cuello en el baño bebiendo agua y refrescándose.
Sábado 27
Habiendo recargado las pilas, volvemos el sábado con más ganas de bailar. Empezamos a medianoche con Is Tropical. El cuarteto londinense, aunque tras un buen comienzo, no supo mantener el interés de un público algo desconcertado por Kirstie Fleck, a quien apenas oímos cantar. Afortunadamente, supieron recuperarnos hacia al final del concierto volviendo a hacernos saltar con sus temas más conocidos.
La banda dio paso al DJ set de Mount Kimbie. Tengo que reconocer que personalmente no sabía muy bien qué esperar de esta actuación. Aunque soy muy fan del dúo, no sabía si sería suficiente para satisfacer mis ganas de bailar. Sin embargo, hubo momentos realmente brillantes que cautivaron por completo a los asistentes, que debo señalar eran mucho menos numerosos que la noche anterior. La noche giró hacia sonidos algo más dubstep y oscuros que volvieron a sacarme de mi estado de frenesí.
En vez de aprovechar la pausa para refrescarnos o comer algo, nos quedamos en el escenario Desperados viendo la preparación del espectáculo que nos esperaba a continuación. Se intuía. Se avecinaba algo interesante… Para mí la campanada de la noche la dio Hudson Mohawke. El escocés, con su nuevo álbum ‘Lantern’ bajo el brazo, salió al escenario a activar a un público en el que parecía que el cansancio había empezado a hacer mella. Pero daba igual. A pesar de no haber retomado fuerzas, ya no se podía parar. La verdad es que me conquistó desde el primer momento al aparecer acompañado de dos músicos en directo, uno de los cuales resultó ser Ben Thompson, batería de Two Door Cinema Club. Todo esto respaldado además por una puesta en escena muy trabajada, con juegos de luces en perfecta sintonía con lo que allí estaba ocurriendo.
Tras este colofón, podríamos habernos dado por más que satisfechos. Sin embargo, decidimos quedarnos a ver lo que Evian Christ tenía que ofrecer. Sus ritmos tan experimentales no acabaron de acompasarse con los ecos bailables de Mohawke y tuvimos que ir en busca de algo más upbeat para no acabar derrotados por el cansancio. En el escenario CocaCola encontramos lo que necesitábamos de la mano de No Mike, con quien pudimos echar los últimos bailes antes de ponerle fin a la noche.
Tras dos días intensos de festival, dimos por terminada la cuarta edición de MULAFEST. Un gran fin de semana de música y cultura urbana. Esperamos ansiosos las primeras novedades del año que viene.
Pablo D. y Marta M.