Sven Marquardt. Quizá el único nombre de portero de discoteca famoso en el mundo, y por algo será. Él es el célebre cancerbero de Berghain, templo excelso del techno en el viejo continente al que solo unos afortunados pueden acceder una vez son bendecidos con su beneplácito. Pero la mayoría de tristes mortales se ven rechazados en la puerta tras horas de cola, llueva o nieve. ¿Las causas? Posiblemente ni él las sabe, y no son pocas las guías que te aconsejan cómo pasar su férreo y arbitrario control, como esta que os presentábamos en formato cómic hace ya muchos meses.
Pero lo que nos ocupa hoy es un acto de eso que llaman justicia poética. El cazador, cazado. El portero por excelencia, rechazado en la puerta de un club. Concretamente en Sydney, y (según recoge Bild) el motivo no fue otro que su aspecto y la cantidad de tatuajes que cubren su rostro.
"Más tarde hablé con el propietario y me dijo que estuvo en Berlín y no entró en Berghain", reveló Marquardt en la charla del artista con Sebastian Preuss en la Galerie Deschler, motivo principal de su visita a Australia pues no olvidemos que el bueno de Sven, además de un juez, es un reputado fotógrafo.
¿Cambiará este hecho en algo su criterio? ¿Para mejor... o para peor?