Los pasados días 10 y 11 de julio, La Ciudad del Rock (Arganda del Rey, Madrid) acogió el debut de un evento de grandes magnitudes, contando con la presencia de los mejores deejays del panorama nacional e internacional, para darnos una experiencia inigualable. Una historia de verano para recordar: A SUMMER STORY.
Un FESTIVAL con mayúsculas, ya que podemos asegurar sin riesgo a equivocarnos que es uno de los mejores eventos que hemos vivido (y no han sido pocos) y que ha recibido un feedback positivo en redes sociales como hacía mucho tiempo no se veía. Este festival surgido en manos de Disorder Events (promotora surgida de la comunión de Love & Hate y Fluge) iba a ser observado con lupa después de las ‘luces y sombras’ del último Madrid Winter Festival que hicieron que muchos clientes perdieran la confianza. Errores más que enmendados con muchos aciertos que han hecho cambiar radicalmente la opinión sobre una joven promotora que ha demostrado, como ya hizo en el pasado, saber hacer las cosas muy MUY bien. El público es soberano, debe ser escuchado y tiene razón. Cuando las cosas se hacen mal, se dicen. Y cuando se hacen genial, también. Al César, lo que es del César.
Centrándonos en lo acontecido festival en sí, destacar que era un evento dividido en dos días, tres escenarios y multitud de estilos (EDM, techno, bass, hardstyle, remember…) que convivían en perfecta armonía. Montaje y equipoaudiovisual de gran calidad (no esperábamos menos estando Fluge detrás), seguridad, ambiente distendido y familiar entre los asistentes (nada más y nada menos que 27.000 personas) y todo tipo de comodidades, desde Food Trucks y varias fuentes a zonas VIP y de relax completamente equipadas, hicieron de las 30 horas de musicón una experiencia donde la sensación de bienestar se imponía a la de ‘supervivencia’ tan típica de estos eventos. Un festival que puede servir de punto de inflexión dentro de la escena nacional, donde tan acostumbrados estábamos a la fórmula ‘ctrl C + ctrl V’ y los desengaños que esto ha ocasionado. En pocas palabras, un festival de diez. El evento que verdaderamente necesitaba Madrid, y nosotros trataremos de plasmar en las siguientes líneas. Al lío.
Viernes 10
|| Summer Stage + Stardust Area + Extreme Camp ||
El viernes el festival abrió sus puertas a media tarde, con el liveYellow Claw como reclamo principal para cuando aún era de día. Nosotros acabamos accediendo al recinto a eso de las once cuando Deorro con su #PandaFunk, precedido por Dirty Audio, y su característico Melbourne Bounce impidieron que el público dejara de botar éxito tras éxito hasta cerrar, cómo no, con “Five Hours”.
Tocaba turno a los suecos Dimitri Vangelis & Wyman, quienes se erigieron con uno de los mejores sets del fin de semana. Un set que empezó con clásicos como “Kernkraft 400” o “Zombie”, que tuvo su característico sonido Progressive House sueco como conductor principal. Temas como “Heroes”, “Reload”, “Runaway”, “ID2” o “Sun Is Shining” sonaban en uno tras otro para delirio general. Momento especial cuando sonó el himno “Payback”, con vocalaza de “In My Mind” y sentada incluidas. Momento que Dimitri Vangelis aprovechó para pedir perdón por su metedura de pata meses atrás… ‘#VayaTelaDimitri, right? I’m so sorry for ruining the line up’. Grande.
El set de Above & Beyond se puede definir en dos palabras: MAGIA y SENTIMIENTOS. Llevábamos años esperando vivir algo así. Arrancaron con “We`re All We Need”, y es que el set estuvo muy enfocado a su último disco (de idéntico nombre) y el anterior, ‘Group Therapy’. Comunión perfecta con un público absorto en lo que estaba pasando (la Anjuna Family en España es más grande de lo esperado), mientras los británicos lanzaban sus característicos mensajes de paz y amor en las gigantescas pantallas LED que configuraban el Summer Stage. Es imposible escuchar sus remixes a “Salva Mea” o “Silence” y temas propios como “Peace Of Mind”, “Sun & Moon”, “Blue Sky Action” (momento Push The Button, donde un afortunado fue… ‘a king for a day’), “Thing Called Love” o el apoteósico cierre con “Treasure”, con la preciosa voz de Zoë Johnston invadiendo hasta el último rincón del recinto y de nuestro corazón, y permanecer impasible. En resumen, piel de gallina y sonrisa bobalicona durante noventa minutos. Gracias a la organización por traerles y al trío (dúo en este caso) por su música. Gracias por tanto.
Empezaban a continuación W&W cuya fórmula repetitiva ya no nos atrae en absoluto, por lo que pusimos rumbo al Stardust Area, donde arrancaba el set especial de tres horas de un alemán residente en Berghain, amo y señor de Dystopian: Rødhåd. Visita más que obligada para disfrutar de su estilo contundente, el cuál llegaría para romper con la aparente monotonía de Julian Jeweil. Techno tan oscuro, bailable, intenso y atemporal como siempre, con un repertorio muy sonado en la anterior edición del Awakenings Festival como el “I Wanna Go Bang” de Bjarki o algún que otro tema de Recondite, como “Cleric”.
Volvimos al Summer Stage, donde se esperaba al ángel blanco de la electrónica, al Rey del Trance, al nombrado cinco veces mejor dj del mundo… a Armin van Buuren. El feeling de esta promotora con Armin lo conocemos bien, prueba de ello es el exitoso paso de Armin Only por Valencia meses atrás. Tras cinco minutos más de expectación, el holandés rompió el silencio con un sonoro ‘Hola Madrid, I said… Hola Madrid!’ que sirvió de chupinazo de una sesión donde Armin mostró su versión más festivalera, para alegría de unos y decepción de otros, esa donde Trouse y Big Room predominan sobre el Trance (siempre podremos rescatar el momento “Anahera”, regreso de Gouyella). Aparición sorpresa de Mr.Probz para interpretar “Another You” en directo, con un público cantando al unísono hasta arriesgar la afonía, como ocurriría más adelante con “Are You With Me” (Dash Berlin Remix), “United We Are” de Hardwell o el siempre presente y nunca decepcionante “This Is What It Feels Like” que estallaba en el remix de W&W mientras el sol ya asomaba tímidamente en el horizonte. Y cómo no, locura y brazos en alto con “Ping Pong” y el remix a “Game Of Thrones” arropado con la bandera rojigualda a modo de capa.
Pusimos rumbo al Extreme Camp, donde cientos de hardstylers llevaban horas partiéndose las piernas frente a un escenario industrial construido con containers de barco. Brennan Heart y su Euphoric Hardstyle primero, y el intensísimo live de media hora de los enmascarados Gunz4Hire después terminaron con las pocas energías que nos quedaban. Eso sí, antes de dar por concluida la jornada disfrutamos del hipnotizante groove que estaba ofreciendo Modeselektor en Stardust Area, ya con el astro rey en todo lo alto, donde pudimos escuchar tracks de grandes artistas como KiNK, Carl Craig, Christian Smith o Kevin Saunderson. Con una sonrisa de oreja a oreja y los pies echando humo, pusimos rumbo a casa ya pensando el la etapa del día siguiente.
Sábado 11
|| Winter Stage + Bass Experience / Oro Viejo + Extreme Camp ||
El cansancio acumulado con el que nos encontramos el sábado fue bastante mayor del esperado, si bien es cierto que el viernes lo dimos todo, todo y todo. Sacando fuerzas de flaqueza nos plantamos otra vez en La Ciudad del Rock. Una pena perdernos la Bass Experience y, en especial, la actuación de Zomboy que arrasa allá por donde pasa a golpe de Dubstep o el set especial de tres horas del gran Joseph Capriati. Cuando llegamos Kursez ya tenía alborotada la Extreme Camp (notable mejoría de sonido respecto al día anterior), y es que nos consta que el español tenía muchas ganas de este festival como nos adelantó en las ‘cinco preguntas’ que le hicimos tiempo atrás. Nos desplazamos al Winter Stage, donde los amantes del techno no podían perderse a algunos de los héroes presentes en el inicio de año de Madrid Winter Festival (como Joris Voorn, Tale of Us o Marco Carola), acompañados de otros grandes que, de verdad, dejaron boquiabierto a más de uno.
Parada más que obligatoria con la única fémina del día, una de las artistas de mayor reclamo: Maya Jane Coles. Sonidos Deep, Minimal, Tech-House y Techno hicieron bailar a todo aquel que estuviese presente. Y como me comentó un parroquiano allí presente: ‘joder cómo suena el bombo tío’. Sencillos y psicodélicos visuales muy acordes a la música crearon una magnífica atmósfera que convirtieron su actuación en una de las mejores de los dos días. Además, pudimos disfrutar de temas frescos y “recién planchados” como el momentazo “Also!” de Ruben Mandolini o el remix de Tuff City Kids a “False Awakening” así como algún adelanto del álbum de su alias Nocturnal Sunshine, más enfocado al Drum & Bass.
Tras ella, tocaba turno para el live de Matador. Una hora en la que pudimos disfrutar de varios tracks de su último EP Play With Me! Part 2, arrancando con “Da Hustle” y escuchando “Bsunday” (personalmente mi favorita) cuando nos dirigíamos a cenar. Y ojito a la variedad de comida que ofrecían los distintos Food Trucks que se encontraban en el recinto, para todos los gustos.
Un set de casi dos horas nos regaló Deep Dish, la mítica dupla formada por Dubfire y Sharam. Muchas ganas había de verles en la capital desde que anunciaron su regreso, de conocer en persona su Deep, Tech y Soul House. Sin embargo, cuál fue nuestra sorpresa cuando durante un largo rato escuchamos una tendencia más parecida al Dubfire de toda la vida, con sonidos más oscuros propios del Techno y House del iraní que nos hicieron saltar prácticamente durante todo el espectáculo. Disfrutamos de algún clásico propio, de “Voices” de Hot Since 82 e incluso de algún sonido del homófobo y desterrado Ten Walls. Nota negativa, que hasta en dos ocasiones se le cortó el sonido al dúo.
Las horas trascendían y la calidad mejoraba… volvían de nuevo a la pista principal tres de los titanes que estuvieron presentes en esta pasada edición de Madrid Winter Festival, los cuales pondrían fin a la noche del sábado y por tanto a lo que sería la exitosa primera edición de A Summer Story: Tale of Us, Marco Carola y Joris Voorn. Lo de Tale of Us, el dúo milanés, fue indescriptible. Mucha calidad a los platos, mucha creatividad con sus sonidos abstractos y mucha empatía con el público. Grave tras grave, loop tras loop, y salto tras salto. Así es como recordamos al dúo. Gran acierto el de la organización al contar de nuevo con esta pareja de italianos que tanto recorrido tiene en la escena berlinesa. Uno de los mejores temas sonados en su sesión, sin duda alguna, fue el remix de Wighnomy Bros. & Robag W. B. a “This World” de Slam, con la vocal dando muchísimo juego. A prácticamente media hora de su término, ya se veía la lampiña cabeza de il capoMarco Carola preparando su set, muy parecido a lo de siempre, muy en su línea, muy representativo de Music On.
Y toda buena historia necesita un buen final. Y el final con Joris Voorn no fue bueno, sino realmente excepcional. El rubio no decepciona nunca, es más, cada ocasión demuestra más y más porque tiene a un público que crece como la espuma. Así lo demostraron los miles de fieles que se congregaron en el Winter Stage hasta bien entrada la mañana y con el sol en todo lo alto para asistir a la lección magistral de cómo cerrar un festival. “Sonic Highway”, “Goodbye Fly” y, sobre todo, “Ringo” pusieron el broche de oro y platino a un festival que sale coronado de su primera edición.
Mención aparte merece Oro Viejo, y es que el concepto diseñado y liderado por Dj Nano se presentaba por primera vez al aire libre. Posiblemente uno de los capítulos más destacados de esta historia de verano, que hizo repaso a la historia de la música de baile durante horas y contó con un magnífico warm-up de Iván Corrochano, la presencia especial de Abel Ramos y, obviamente, el salaoDj Nano al frente de todo que terminó con “Lover Why” de John Wesley como remtate preciso y precioso. Y no enumeramos más temas porque sería como con las Pringles. Gran afluencia de público, digamos veterano, en quien despertaron recuerdos y emociones que creían olvidados. Y para los que hemos crecido con esta música desde pequeñitos, más de lo mismo. Que viva el mejor sonido Remember. Ya lo dijo Jorge Manrique siglos atrás, ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’.
Simplemente, felicitar y agradecer al gran equipo humano detrás de este festival el merecidísimo éxito cosechado, sabiendo corregir los errores pasados y no bajar los brazos para intentar ofrecer un festival que sólo podemos calificar de una forma: SOBRESALIENTE. Pero esto no acaba aquí, ya estamos descontando días para escribir una nueva historia de verano en 2016, y antes empezar el mismo año como se merece en Madrid Winter Festival. Tic tac tic tac…
#BeatsoupEstuvoAllí